“La megalomanía es un estado psicopatológico caracterizado por delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia. A veces es un síntoma de desórdenes […] donde el sujeto tiende a ver situaciones que no existen o a imaginarlas de una forma tal que sólo él termina creyendo”. – Wikipedia
Al final va a resultar que todos somos megalómanos, ¿no te parece? Puede que todos tengamos la excusa perfecta en esta definición para hacer lo que nos dé la gana. Sé que tú también opinas que el mundo está lleno de gente que se cree superior a los demás, y que no por ello todos están mal de la cabeza, casi para internar. Lo sé. Pero yo creo que, como con todo, siempre podremos tirar de alguna locura para salir del paso.
¿Que qué quiero decir con eso? Hitler era un megalómano, obvio. Él se creía superior a los demás, pero no es que creyese que él era mejor que los judíos y que por eso había que ir al gas con todos ellos sino que, debido a su psicopatía, se creía que los judíos se reían de él y conspiraban en su contra para destruir al planeta.
Tranquilo, no me creo mis palabras, es sólo un ejemplo de cómo podemos manipular la verdad, sin ser megalómanos, para poder justificar que otros sí lo son. En este caso, creo haberme dado cuenta de que no lo puedo emplear, ya que Hitler no fue el único que creía eso, convenció a una gran parte de la población europea. ¿Qué Hitler imponía y no convencía? Puede ser, pero tengo mucho que comentar al respecto para hacerte cambiar de idea; no te creas tú que es desacertado afirmar que los demás aprovecharon eso para escurrir el bulto, mientras durante su “reinado” estaban más que contentos con la situación.
Sí, tienes razón, Hitler se parece un poco a Voldemort. O quizás es Voldemort el que está inspirado en el mismo, pero no quiero hablar de Hitler ahora, quizá otro día. Estoy leyéndome un libro al respecto que quizá me sirva para futuras exposiciones de nazis, tiempo al tiempo.
La megalomanía, más que una psicopatía, creo que debería ser considerada como un estado natural del ser humano, o como un estado natural del ser aeronáutico, del ser ingeniero y… Sí, eso es, del ser gilipollas. Pero no te lo tomes a broma, porque por desgracia éstos últimos simplemente tocan más las narices que otra cosa, mientras que los megalómanos pueden llegar a hacer grandes locuras justificadas en sus simples inventivas. La megalomanía no es más que un ejemplo de los miles de estados desviados de la mente que nos podemos encontrar. A mí me da miedo pensar que estemos rodeados de personas psicopáticas que no tienen control, ¿a ti no?
Y sí, al final todos terminamos siendo un poco megalómanos: el mundo está en nuestra contra, ese que está cuchicheando seguro que está hablando de mí, no te caigo bien porque soy superior a ti… Yo prefiero creer que soy megalómana dentro de mi megalomanía: es mejor tener un mundo imaginario que sólo te crees tú en el que eres superior, a que creerte superior mientras te inventas un mundo.
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