Hay dos formas de ver la vida: en blanco o en negro. Y aunque no creamos en los radicalismos y tengamos el depende siempre en la boca, lo curioso es que siempre estamos pidiendo decisiones y posicionamientos. Puede que para una misma situación algunas veces digamos sà y otras no, pero lo cierto es que nadie va a aceptar un depende. A la hora de la verdad, frente a las personas, se castiga la mediocridad. Las medias tintas siempre han estado fuera de lugar, inspiran desconfianza hacia la persona porque nos hace pensar que más que un ente gris quiere quedar bien. La gente busca el radicalismo, y no le importa si tu respuesta es la misma en todos los casos.
Por esto, aunque la gente diga que no hay que verlo todo en blanco o negro, yo no me lo trago. Siempre terminamos tirando para un lado y ése será el que nos acompañe toda la vida, y no algún blanco grisáceo y parduzco. Está bien que la gente sepa posicionarse, pero está mucho mejor que no lo haga siempre para el mismo lado, porque es lo que mueve el mundo. No tanto los cambios de decisión como las distintas decisiones. La incertidumbre de no saber si alguien se encuentra blanco o negro ese dÃa, el riesgo de dar con la respuesta equivocada. Uno de los principales problemas de esto es cuando no obtienes el color esperado y los demás sÃ. Te hace plantearte toda tu vida en busca de ese algo que te permita entender la pregunta más universal y la menos contestada: “¿por qué yo no?”.
Considero que es una de las preguntas más crueles que se puede hacer uno a sà mismo, porque de antemano sabes que es poco probable que la respuesta no exista o te termines humillando en tus pensamientos en busca de ella. Pero para no perder la costumbre de ganar puntos de miseria nos pasamos todo el tiempo necesario erre que erre con el tema. Porque aunque nos guste el posicionamiento, no nos gusta tanto que éste no vaya a nuestro favor. Ya se sabe, no se puede tener todo en la vida.
Miserias aparte, está claro que algo de razón hay en la humillación porque, quitando que la persona padezca bipolaridad o falta de lógica, la diferencia entre dos idénticas situaciones con resultados opuestos es la persona que tenemos en frente. Y si con unas sà y con otras no… No hay más que decir. Luego cada uno buscará la mejor forma de flagelación para intentar entender por qué, qué les hace distintos, qué les falta para no ser merecedores. Porque para qué contentarnos con pensar que simplemente tienes que irte por otro lado si podemos hundirnos en el fango en pequeños pasos. Es un problema demasiado común: en lugar de buscar afinidades intentamos entrarle con fuerza bruta a los que no quieren. SÃ, es algo completamente lógico.
También hay un lado bueno en todo esto, si es que consigues apreciarlo. Que ya sabemos que nuestro fuerte no es precisamente alabar lo bueno pero, si nos esforzamos un poco, podemos lograr que hayan menos miserables en el mundo. Es tan fácil como darte cuenta de que te han respondido correctamente y que no tienes que buscar afinidades por otra parte porque estás en el camino correcto. A mà me ha costado mucho entender esto pero es algo que se adquiere poco a poco con la experiencia, sólo tienes que dejar que se desarrolle solo, y flagelarte mucho.
La lección de hoy es básicamente poder ver el blanco y el negro como algo bueno y no como extremos radicales nocivos. Porque Dante ya juzgó las medias tintas y porque a Aristóteles y su punto medio me los paso por la calva. Porque aunque nos haga ser un poco miserables nos deja las cosas claras. Y porque si consigues que una persona se acurruque a tu lado cuando no lo hace con casi nadie tienes que aceptar que es asà en lugar de creer que puede haber un depende detrás como si de un calendario se tratase. Porque al final, si la vida estuviera llena de dependes con sus variables, dejarÃamos de disfrutar los momentos por miedo a creer que cuando haya una modificación nos va a cambiar el comportamiento. Eso no suele pasar y hasta la fecha nadie se ha quejado, quizás porque, aunque no lo admitamos, el gris es un color demasiado feo.
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