Los tipos de amor son muchos y variados, en eso estamos todos de acuerdo. Puede que ya no estemos tan de acuerdo en estos tres tipos de amor que me ha dado por escoger. Una vez conocido y meditado el primero, madurado y sopesado, creo que ya es hora de comentar el siguiente que me ha llamado la atención. Es lo bonito del amor, que puede ser de la manera que sea, incluso puede no ser amor. Éste es el segundo caso de “amor”.
El segundo caso se amor se llama obsesión, valga siempre la canción. En este tipo de amor las licencias son amplias y abarcan cualquier tipo de situación. Todo vale para excusar cada una de las acciones estúpidas, sin sentido y bastante desagradables que suelen acontecerse en estos momentos. Es lo que tiene la obsesión, es una manera muy bonita de abarcarlo todo, asà como quien no quiere la cosa, mientras uno se piensa que está enamorado y el otro, a la larga, se lo termina por creer.
En este tipo de amor se dan situaciones tan absurdas como quejarse por todo, considerar que cada una de las cosas que hace la pareja tiene unas intenciones dañinas, creerse, además, que uno siempre tiene la razón, que todo es en contra del mismo, que vive sumido en la amargura, que la vida es muy injusta. Con la obsesión se empieza la violencia de género, todo hay que decirlo, pero también está la obsesión inútil, ésa que hace que una persona con pocas luces se crea que puede tomar las riendas de la vida de su pareja como si no fuera a pasar nada por ello. Cuando crees que por todo te tienen que pedir disculpas, cuando si te discuten es porque sólo quieren hacerte sufrir, cuando hasta por toser estás cometiendo un acto atroz. Este tipo de “amor” es el amor de alguien desconfiado, inseguro, incapaz y, todo hay que decirlo, tonto.
A diferencia del primer amor, en este caso nadie tiene que meterse por medio para romper la relación. De hecho, si nadie se mete de por medio ya se encarga el paranoico de turno de inventarse gente. De hecho, si ni con esas consigue salirse con la suya, ya mete él alguien de por medio por su parte. Porque no lo he mencionado, pero una cosa es que puedas reprochar y otra es que puedan reprocharte. En este tipo de amor todo de lo que se queja la parte obsesa de la relación no es aplicable para él mismo. Es lo que tiene la obsesión, que tiene ida pero no vuelta.
Para este caso de amor está claro que sólo hay una solución posible: cortar de raÃz. Porque no se puede discutir con borregos. Porque harán tonterÃas una vez, y otra y otra. Pedirán mil disculpas y luego volverán a hacer lo mismo, de otra manera más discreta o profesional, de forma que parezca que es diferente aunque sea idéntico. La cuestión es que aunque te des cuenta, lo sepas y lo perdones, tienes que seguir adelante y olvidarte de gente tan estúpida. Que el mundo ya tiene bastante por doquier como para que encima nosotros nos empeñemos en acercarlos a nosotros.
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