Hay mucha gente que no es capaz de entender la profundidad de un sentimiento. O el cambio del mismo. Parece que la gente tiene inquina cuando decides expresarte sobre lo que ronda tu corazón y plasmar de cualquier manera y de cualquier forma inoportuna. Muchos deberÃan dar las gracias porque alguno sepamos expresarnos dejemos constancia, sea la hora que sea, de cómo nos encontramos. Es una facilidad a la hora de acercarte a alguien para todo, pues siempre sabrás cómo actuar en consecuencia.
Pero a veces la gente pretende ser demasiado simpática. Personas del tipo colegueo por aquÃ, colegueo por allá; todos muy graciosos, todos buena gente, todos amables y que se “preocupan” por el resto, gente de tu entorno. Esas personas que, en realidad, se preocupan más bien poco por lo que te pasa y que les importa un pimiento cual es tu circunstancia. Esos que, muchas veces, te preguntan cómo estás cuando has expresado que te sientes mal, pero que no te vuelven a dirigir la palabra para nada más. Pareciera que el morbo les llamara, que pensaran que si vienen y preguntan qué tal estás cuando estás mal les vas a agradecer que por su gran intervención te hayas decidido a no cortarte las venas finalmente.
Son por esas personas que la mayor parte del tiempo te dedicas a poner una súper sonrisa y a ir feliz por la vida, simplemente para que no pregunten, para no tener que mentir o dar explicaciones vagas o seguir sonriendo más aún; mientras que dentro te vas hundiendo más y más y te olvidas tanto de tus problemas por aparentar normalidad que de repente todos vienen, te apalean cuando menos te lo esperas, y te incitan a seguir con tu vida y tus sonrisas mientras tú cada vez te hundes más en el vacÃo de tus oscuros sentimientos.
Los hay que no entienden que alguien pueda tener pensamientos de ese tipo. Como si todo tuvieran que ser mariposas y margaritas, como si aquà nadie tuviera derecho a estar triste y deprimido la mayor parte del tiempo. Estoy segura que a nadie le han reprendido todavÃa que sonrÃa y sea amable; pues de la misma manera se deberÃa dejar a los que queremos estar hundidos, seguir de esa manera.
Hoy sólo tengo palabras oscuras para todos, malos pensamientos y ganas de mandar a todo el mundo, con una expresión concisa y directa, a la absoluta mierda. Luego vienes y me pides explicaciones, luego haz como siempre y ven cuando te des cuenta de que tengo un mal momento. Hasta entonces, yo voy a seguir mandando a la mierda a todos aquellos que intentan engañarse a sà mismos creyendo que ellos son felices y no albergan desesperanza en su interior. Es mejor vivir con ella que mantenerla sumergida, porque siempre sale a flote.
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