Muchas veces suelo estar de malhumor. Y nunca he sabido del todo si es porque tengo una personalidad con unos cambios de humor importantes o porque siempre me dan motivos para estarlo. Por norma general siempre he sabido por qué estoy de malhumor, y en el caso de no saberlo nunca me he percatado porque la furia me ha impedido ponerme a pensar en ello. Pero ayer me hizo mucha gracia que, encontrándome de mal humor, me puse a pensar – muy enfurruñada, obviamente – en por qué demonios me encontraba así. La respuesta era ¡PORQUE SÍ!. Sí, señores, por mucho que lo medité no encontré ningún motivo para ello.
A veces, y espero no ser la única a la que le pasa esto, nos afectan cosas que no tienen ninguna excusa para ser creadoras de ningún tipo de sentimiento. Esto, claro es, sólo podría formar parte de la estupidez humana que nos guía cada vez más a crear depresiones y problemas porque nos da la mismísima gana. Y olé por nosotros, que la capacidad de crear problemas de donde no los hay es un mero factor imaginativo, y cuan de grande puede ser la imaginación en nosotros.
Así que, por suerte, pude darme cuenta de que no había motivos para estarlo y seguir con mi vida. Iba a seguir con mi vida igual, pero con un poco menos de alegría por unos momentos. Eso me llevó a pensar en todas las veces que he estado de mal humor y en todas las veces que he creado problemas porque me apetecía y que le he dado vueltas a la cabeza como un tiovivo sin llegar a ninguna parte. Razonando, cosa que descubrí que tampoco hacía demasiado, llegué a la conclusión de que me he amargado demasiadas veces por cosas sin sentido. Creo que, mi situación actual me permite estar mucho más en modo Zen y ver las cosas desde esta optimista perspectiva, pero debería ser así siempre.
Podríamos decir que he madurado sentimentalmente. Podríamos decir también que estoy tan harta de la gente, la cual no entiendo ni me gusta la mayoría de las veces, que voy sudando de todo cada día un poquito más, como los perros de los salpicaderos que asienten porque su mecanismo les obliga. Yo últimamente he asentido con la cabeza sin apenas haber escuchado, como cuando te llaman los de Movistar y no entiendes un comino lo que dicen. He hecho lo que me ha dado verdaderamente gana y me he quedado agustísimo. He dejado de pensar en qué pensaría la gente, o en qué pensaría mi mente tan y tan pensativa respecto a lo que hago. Y todo me la refanfinfla, literalmente.
Ya es hora de hacer lo que uno quiere, no de volverse loco de la cabeza e ir por la calle matando gente que, aunque sugerente, no es muy cívico. Sino comportarte como tú eres sin que tú mismo te bloquees. Y es que la mayoría de las veces la gente no actúa de X manera por el qué dirán, sino por lo que ellos piensan que diría la gente, y eso no es sino lo que uno verdaderamente cree de sí mismo sobre lo que hace. Yo pienso que si se me ocurre algo está bien y adelante con ello, siempre que no me lleve por delante a nadie.
Esta semana lo he puesto a prueba y he de decir que he obtenido unos gratos resultados con una semana muy divertida y que me ha agradado bastante la vida. Si todo sigue con orden y si verdaderamente pensamos en lo importante y no en absolutamente todo, se puede llegar a cualquier parte. Y yo pretendo llegar a un sitio verdaderamente complicado, así que hay que ponerse ya.
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