Nunca he sido partidaria de los combates desigualados ni del abuso, pero en los próximos días van a haber unas cuantas entradas de despotricar sin parar y esta me parecía una oportunidad más que válida para quedarme agusto con las miserias que ve una estos días, en concreto en este caso con las “machangadas” de la televisión.
Yo soy una gran partidaria de Sherlock, esa fascinante serie que la BBC nos ha dejado este último año y que nunca dejaremos de agradecerle su creación. Una serie simple: Sherlock Holmes. No necesita presentaciones ni una pequeña introducción; todos sabemos quién es y lo que la serie nos va a reportar. Como protagonistas, un Sherlock más contemporáneo pero igual de desquiciado, en sus palabras “un sociópata con muchas habilidades”.
La serie rebosa inteligencia y diálogos trepidantes, dejándonos entrever en el primer capítulo un Sherlock nada amigable que congenia de forma casi inmediata con Watson, un ex militar médico que tampoco se queda atrás en cuanto a desquicios se refiere. Además, la serie cuenta con Benedict Cumberbatch y Martin Freeman como Sherlock y Watson, dos actores para nada conocidos (excepto para aquellos que hayan visto Ali G).
Estos últimos días me he podido enterar de la mano de Cuatro de una nueva serie, Elementary. Últimamente ya había escuchado comentarios de no sé qué cambio de sexo de Watson, pero no sabía de dónde venía ni a qué era referido exactamente. Ahora, ya lo sé, y es de estas noticias en las que prefieres no seguir indagando. Elementary nos trae un Sherlock que Cuatro muy amablemente nos presenta en un anuncio como alguien idéntico a Gregory House, con la diferencia de que es investigador en lugar de médico. Sin duda un buen ejercicio de marketing para que todos aquellos que no iban a verla vean una oportunidad de volver a ver algo similar a House M.D.
En Elementary el famoso detective aterriza en Nueva York junto con Watson. Por el camino, Watson ha cambiado de sexo y de raza, ya que ahora es una oriental muy femenina encarnada por Lucy Liu. Llámenme loca, pero a mí me va lo tradicional. Es como si ahora nos venden que Iron Man es mujer en una nueva adaptación, o que Disney haga películas nuevas con Anakin Skywalker como una joven intrépida y Padme Amidala un caballero en apuros. ¿No es desquiciado?.
Es una muestra más de lo que se conoce como “americanada”. En Estados Unidos cogen la buena idea y la destrozan en pequeños pedacitos para rehacerla en una monstruosidad ciudadana. Ya pasó y está pasando con Millennium, con Let Me In y ahora con Sherlock. A mí la BBC me ha ganado con su serie y no pienso cambiarme de bando, menos aún cuando el otro bando es una aberración y una desfachatez sin precedentes. Las cosas que funcionan hay que dejarlas como están y olvidarse de ganar millones haciendo cambios radicales. Yo me quedo con mi astuto Holmes británico, interpretado por Benedict y con un perspicaz Watson interpretado por un hombre que recientemente ha demostrado sus dotes interpretativas. A mí, no me compran.
0 huellitas