Esto no va a ser una reseƱa, lo prometo. Bueno, a lo mejor no lo prometo por si luego me voy por las ramas, que me conozco. Estas vacaciones tienen la siguiente cosa mala: al tener que abandonar mi residencia estudiantil y viajar a Tenerife, tengo que llevar en la maleta lo menos posible; eso implica que me dejo en Madrid la pila de libros que tengo acumulada para leer. Y es que con esto de los exƔmenes extraordinarios una no tiene mucho tiempo para ponerse a leer como si tuviera horas de ocio para dar y regalar.
Mi mes de Junio fue cuanto menos intenso. Me enfrentaba al destino que le espera a todos los garrulos que, a saber por quĆ©, se presentan a los extraordinarios con la impresionante suma de 6 asignaturas. SĆ, siempre he sabido que estaba loquĆsima, pero este aƱo lo confirmĆ© con creces. Y a pesar de eso, he aprobado 4 asignaturas y eso no se hace por arte de magia, se consigue dejando de leer libros de ocio y leyendo libros universitarios que, fĆjate por donde, nunca son divertidos.
Pues en Madrid me he dejado, reciĆ©n recogido y sin haber leĆdo siquiera la dedicatoria, el libro 1Q83 de Haruki Murakami del cual me he leĆdo un libro y con eso me ha bastado para saber que, escriba lo que escriba, me voy a volver loca cada vez que lea algo suyo. Ya leĆ en su momento El fin del mundo y un despiadado paĆs de las maravillas donde si pillas la idea a la primera, te fascinas con todo lo que pasa. Y a falta de tener ese libro que debo estrenar, me he semiapoderado del Kindle de mi madre y me he leĆdo lo primero que he encontrado. Y asĆ, seƱores, es como caĆ en la trampa de Los Juegos del Hambre.
DespuĆ©s de perder 3 dĆas en leerme la trilogĆa se me quedĆ³ la cara de boba mĆ”s impresionante que haya habido jamĆ”s en mi repertorio de expresiones. ¡Menudo bodrio! Estaba tan indignada con el mundo que de la impotencia por desahogarme casi exploto. Hay libros que los ves venir y aunque este tenĆa toda la pinta desde el primer libro que iba a ser tan vomitivo como Twilight y similares, no es hasta que llegas al tercero y lo terminas que te das cuenta de que la autora es famosa porque consigue engaƱar a todos los que leen los dichosos libros.
No voy a entretenerme con la serie de cosas despreciables que tiene el libro, empezando por la protagonista tan tonta como absurda y continuando con el destripamiento de una idea tan brillante que de buena terminĆ³ apestando. Simplemente dirĆ© que tienen mi fehaciente NO recomendaciĆ³n para estos libros. Si fuera uno todavĆa aguantas la broma, pero bastante tuve yo con leerme Twilight a base de Biodraminas para aguantar las nĆ”useas como para ser capaz de recomendar Los Juegos del Hambre. ¡NO! Terminantemente prohibido. A partir de ahĆ, hagan lo que quieran.
Y ahora estoy leyendo Geralt de Rivia, recomendado por la persona que me aguantĆ³ la noche que me terminĆ© Los Juegos del Hambre y estaba delirando como una esquizofrĆ©nica. La verdad es que el libro al principio es pastoso y hasta que los llegas a las 100 pĆ”ginas – leĆdo en el Kindle - no lo puedes disfrutar verdaderamente. Pero no se asusten, son siete libros asĆ que la capacidad de recuperaciĆ³n es amplia. Es bastante medieval y aunque empieza como quien no quiere la cosa, hablĆ”ndote de un millar de seres que no sabes ni lo que son y que tampoco se molestan en describĆrtelos, al final lees como si supieras lo que son.
Me he leĆdo libros similares, todos del Ć”mbito de la Dragonlance y la verdad es que, aunque estos Ćŗltimos son mĆ”s explĆcitos en el sentido de que te ambientan bastante para que te enteres de las aventuras que te van a narrar, son bastantes similares en cuanto a lo que te puedes encontrar. Yo lo digo porque Geralt es muy similar, en cuanto a carĆ”cter, a un personaje de los HĆ©roes de la Lanza. SĆ, sĆ, estoy hablando del sempiterno Raistlin, aunque ya saben que yo SIEMPRE me decantarĆ© por el mago tĆŗnica negra del que tengo casi todos los libros. Y casi todos son unos cuantos.
Pero, de momento, y hasta que llegue a Madrid para seguir leyendo, me entretengo con Geralt y paso el rato. Por cierto, esta maƱana Michael Phelps ha publicado un tweet de su primera semana “tocĆ”ndose las narices”, mientras yo sigo aquĆ borracha de pena y viendo las repeticiones del patinaje artĆstico. SĆ, no veo las repeticiones de nataciĆ³n porque entonces tendrĆa que tirarme por el balcĆ³n. No estoy preparada para eso.
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