El título es un poco irónico, pero puede que sólo me lo parezca a mí. El hombre es un animal de costumbres, eso dicen, y yo no creo que sea de esa forma exactamente. El hombre es un animal acostumbrado, es decir, no es que siempre quiera hacer lo mismo sino que tiende a hacerlo por la simple razón de la vida. A veces, se dan circunstancias en las que tenemos que tirar de rutina para saber qué hacer con todo el tiempo que tenemos. En mi caso, tengo unas pautas del día a día para poder emplear mi tiempo en cosas productivas y mucho menos productivas.
Con el devenir del tiempo y los momentos en los que una persona deja de ser como era en pos de buscar una mejora en su personalidad, tanto para las relaciones interpersonales con los demás como para su propia seguridad en el futuro; uno va dejando atrás las cosas que le definían y va obteniendo nuevas según se desarrollan los acontecimientos. Supongo que yo, después de vivir un año sola, estoy acostumbrada a cierto tipo de cosas que hacía en el día a día, cuando ya no tenía que dedicar mi tiempo a estudiar.
Cosas como pasar las tardes ideando formas de entretenerme yo sola. La verdad, estando sola en una gran ciudad, por muy grande que sea, no te apetece demasiado salir a dar un paseo o ir a visitar sitios con nadie. Al final terminé acostumbrándome pero porque me interesa la cultura, a pesar de que el viaje comentado es mucho más lucrativo y entretenido que el solitario. Por eso creo que a la larga, cuando uno vive solo, termina acostumbrándose a hacer las típicas solas de gente solitaria, típicas de abuela con siete gatos y es: quedarse en casa a hacer cualquier cosa.
También se suele decir que las costumbres nunca se pierden y supongo que, aunque tus condiciones en la vida cambien, costará mucho tiempo volver a rehacerte. Seguro que en algún momento en el que no tienes nada que hacer siempre piensas en algo a lo que estás acostumbrado, por muy aburrido que sea frente a otras posibilidades. Pero no pasa nada, al igual que se produjeron esos cambios en ti para llegar al momento de acostumbrarse, poco a poco se irán produciendo otros nuevos para llevar a una realidad distinta en la que tus rutinas sean más amplias y diversas. Porque una cosa es segura: por muy acostumbrados que estemos, siempre tenderemos a cambiar.
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