Durante toda nuestra vida hay expresiones que usamos hasta el fin de los días y muy pocas veces nos molestamos por saber de dónde vienen o cuál es su significado. Es el caso de frases hechas, refranes o simples palabras (como me sucedió un día que, por casualidad, me dio por descubrir por qué se designaba a las lesbianas como tortilleras).
Hoy traigo una frase que yo pienso que deberíamos de escuchar todos los días un ratito desde los tiempos en los que el mundo comenzó a cambiar para mal. “El mundo está loco” no sé exactamente de dónde viene; Stanley Kramer habita en su filmografía la película “It’s a Mad, Mad, Mad, Mad World” y este va a ser mi punto de partida, de aquí es de donde diré yo que nace esta expresión.
Porque esa es otra peculiaridad de las frases que decimos y que no sabemos de dónde viene que cuando lo intentamos descubrir da la casualidad de que hay mil y una explicaciones para su procedencia. Es como intentar averiguar por qué el Miércoles se abrevia con X, explicaciones hay varias y ya uno escoge la que peor le caiga o la que tiene una explicación más probable y argumentada.
La cosa es que el mundo está loco y ya puestos a afirmarlo, pues vamos a los orígenes. El mundo está loco desde que una persona que no se informa mucho sobre política y todos estos trasteos, como es mi caso, tiene la necesidad de tener que golpearse a sí misma e informarse en décimas de segundo de todo lo que nos acecha. Yo no estoy muy versada en política y no sé si será por necesidad o por edad que he tenido que hacerme eco de las noticias del mundo; y que miedo da esto de enterarse de lo que pasa.
El mundo está loco desde que, Dios sabe cuando, todo lo que sucede no tiene ni pies ni cabeza. Creo que coincide con mi llegada a Madrid, centro ahora de muchas cosas como la deuda, las locuras de Ana Botella y las indignaciones; y es que cuando el mundo te acecha detrás de la puerta, no te queda otra que hacerle caso. Y cuando convives con el mundo loco pues ya te interesas por él, que se sabe que en una convivencia la comunicación es primordial.
El mundo está loco desde que todo se va a la mierda, hablando mal y pronto (otra expresión de la que desconocemos su procedencia). Problemas por aquí y problemas por allá y aunque sin duda a todo el mundo le va mejor que a nosotros, por mucho que nos empeñemos en ser los mejores en todo – incluso en deudas, pérdidas y mal oficio – todos tienen algún que otro problema. Y una quiere pensar que cuando todo va mal siempre están esos pilares que sustentan lo demás, esos pilares que cuando todo va mal siempre están ahí y se mantienen imperturbables. Sí, es cierto, estoy hablando de la Iglesia.
El mundo está loco desde que la Iglesia trama conspiraciones, desde que se filtran secretos de estado (esos cotilleos del Vaticano) y desde que los mayordomos filtran noticias como agentes de la CIA. Entre Wikileaks y WikiVatican (concepto que me acabo de inventar o me suena de haberlo leído en algún momento) voy a llegar a pensar que toda la culpa la tiene Wikipedia. Pero esto de que las mafias asolen el mundo de Dios y que ya no se tenga respeto por estos señores ataviados de blanco que siempre han ido con mano dura por la vida y que, en momentos duros, no tuvieron inconveniente en inventarse una cosa llamada Inquisición para dar palos – de ciego o no – y acabar con todos los malhechores.
Y cuando le va mal a la gente, al pueblo, al Estado, a la Iglesia y a todo, no te queda otra que pensar que el mundo o está loco o tiene un humor un tanto extraño. A pesar de que hay gente a la que siempre le irá bien, esos que en su momento se fugaron del manicomio y en este mundo loco viven como los reyes del mambo, igual de locos que su entorno.
Quizá ahora le pongo mala cara a todo, pero es porque ahora me da por leer el periódico por las mañanas antes de un buena sesión de estudios – que, a este paso, puede que ya no goce de tal privilegio –, o puede que si me da por encerrarme en mi cuarto sin enterarme de nada y salga tras un mes las cosas sigan igual que ahora; lo que sin duda hoy por hoy es clave es que el mundo está loco, loco, loco, loco y que un señor lo descubrió hace muchos años.
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