¿Te gusta mi vida? A mí también y no quiero que te la quedes. La gente últimamente no entiende el significado de los determinantes posesivos; de hecho, teniendo en cuenta el nivel de inteligencia que acumula la sociedad estos días tampoco es que pretenda que más de uno sepa lo que es un determinante, pero por lo menos sí el significado de posesivo. Una vez más peco de tener unas esperanzas que no debiera y, por si no lo esperabais, la gente tampoco parece entender lo que significa posesivo. MI vida, mía, de nadie más, me pertenece, es una posesión, se mueve según yo bailo y las consecuencias de ella existen por las decisiones que yo tomo.
Podría pensar por algún momento que la gente que no tiene vida propia, que su vida le disgusta, no ha conseguido que sea tal y como querían que fuese, por cualquier motivo se les truncó y ahora tienen que asumir las consecuencias de una vida que ya no les ilusiona tanto; están en la obligación de querer vidas ajenas para así sentirse un poco mejor viviendo la vida de otra persona como si fuera la suya propia porque les gusta más. Pero, por desgracia, hasta la gente que tiene una buena vida tiende a querer meterse en la de los demás por mero hobby.
Sinceramente, me importa una mierda que a ti te guste meterte en mi vida, porque es mía y no eres nadie para tener que meterte en ella. Y me estreso con este tema, porque resulta que últimamente todo el mundo pretende controlar mi vida, a todo el mundo le parece apropiado opinar sobre ella o sacar juicios al respecto. ¿Qué pasa con ello? Que cuando haces lo que tú verdaderamente quieres hacer y no concuerda con las conclusiones que sacan los intrusos de tu vida, tienden a echarte la reprimenda por hacer lo que quieres, por hacer TU vida en lugar de hacer la vida que ellos quieren desde que se han apropiado de la tuya.
Si, estoy hablando de nada más y nada menos de la gente que se cree que eres de una forma que no concuerda con la realidad. Y a mí eso me da que pensar, porque no entiendo en que proceso de análisis se truncan en el camino y terminan pensando que eres de una forma que a ti no se te ocurriría. Yo sería capaz de hacer muchas cosas, porque me parecen apropiadas por mi forma de ser y porque en MI vida influenciarían de diversas maneras que me traen un poco al pairo, pero que conformarían MI vida como yo quiero, que para eso es mi vida.
A la larga, resulta que dejas de hacer cosas que harías porque la gente no entiende cómo haces eso por la imagen que tienen de ti y de tus pautas de vida. Así que, al final, la gente que te expropia la vida consigue, además, que termines actuando de todas las formas posibles pero dejándote por el camino todas las decisiones que te gustarían tomar y que al final no tomas. Con este discurso tan frustrante y desesperado muchos a lo mejor creen que esto es una oda al: “haz lo que te dé la gana con TU vida sin que te importe lo que digan los demás” pero no, por desgracia yo también vivo la expropiación de mi vida y dejo de hacer cosas que querría hacer.
No hay nadie más indicada que yo para decir que a pesar de que cada uno queremos vivir nuestra vida, y algunos también la de los demás, nunca podremos hacerlo tal y como nos gustaría hacerlo. Pero podemos intentarlo.
0 huellitas