Parece que de vidas va la cosa últimamente. Se podría decir que he pasado por eventos traumáticos durante estas últimas semanas que me han hecho cuestionarme mucho todo lo que engloba a mi vida y allegados a ella. Me he podido sentir un poquito más cerca de esa gente que casi se podría decir que vive en la calle luchando por lo que se nos arrebató tontamente. Puedo llegar a entender todo lo que nos quieren decir sin tener la oportunidad de haberlo vivido desde el centro del huracán, lo cual quiere decir que lo que defienden se está extendiendo poco a poco a todos aunque estemos lejos o cerca y eso sólo es posible gracias a la ineptitud de muchos.
Durante estas dos semanas he estado en muchas situaciones en las que la rabia me ha hecho dar rienda suelta a la verborrea, pero al final la calma siempre se instala en mí. He creído oportuno hacer una entrada en donde exponer todo lo que sentía por todo lo que pasaba, pero creo más oportuno posponerla para cuando la furia corra por mí, porque de otra manera no creo que lo que diga sea tan sincero o cierto como yo lo siento.
Me he visto entonces en la necesidad de hacer esta entrada, sólo para avisar. Supongo que me siento un poco mal por no poder haber hecho esa entrada que tantas ganas tenía de hacer, porque era hacer una entrada en la que reflejaba de la manera más irracional y primaria lo que sentía, que nacía desde la impotencia, desde la furia y desde todos esos sentimientos que son los más puros y los más claros, directos. Pero al final, como en la vida, las prioridades no tan prioritarias se anteponen a todo lo demás, y he tenido que dejar de lado mi triste crítica de intento luchador para centrarme en lo que me ata a la vida: mis estudios.
Estas semanas también han sido las semanas de tengo ganas de debatir. Y por lo visto la gente todavía no ha llegado a entender que conmigo no se discute. No voy a cambiar nunca de opinión me expongas lo que me expongas, siempre que se trate de principios o de formas de pensar muy profundas, y aunque me da un poco igual lo que piensen los demás, ellos siguen insistiendo en que lo que yo quiero es que cambien de opinión. No soy una líder de una secta, aquí cada uno que piense lo que quiere, yo sólo me limito a pensar lo triste que debe ser tener esa mentalidad, sin molestarme en cambiarla.
Pues como decía, esta semana todos parecen haber querido discutir conmigo, y como yo nunca me opongo a un buen debate, he entrado en todas y cada una de las cosas que han comentado. Eso se ha interpretado como que lo discuto todo pero es mucho más simple, expongo mi opinión cuando la tengo y cuando quiero, aunque a ti no te apetezca. Y punto, no es discutir, es decir lo que pienso le pese a quien le pese.
En uno de estos debates comentaban que serían capaces de dejar la universidad, todo, e irse un año sabático a cualquier parte, a hacer lo que fuera. Se puso de ejemplo irse a África de voluntario. Todo el mundo parecía dispuestísimo con la idea, todos argumentando que ni sus padres ni nadie les impedirían irse si de verdad se fueran a ir al día siguiente. Mi respuesta fue muy clara: ¿qué hacéis aquí entonces? Yo sé que todos tenemos cosas que queremos hacer, sueños que cumplir y mil cosas más entretenidas que estar metidos en una universidad estudiando sin parar, pero es lo que hemos escogido, es lo que hemos determinado como nuestra prioridad y se supone que es lo que haremos hasta el final, sin dejarlo a medias y sin interponer nada en medio.
Llámenme radical, idealista o todo lo que quieran pero yo sé que si me meto a hacer una carrera difícil de narices, donde me complico la vida de la peor manera y que es como un maldito zulo de libertad, es porque me gusta, porque la quiero hacer y porque no hay nada mejor. No sé, no tengo la necesidad de complicarme la vida tanto, aunque he descubierto que hay muchos en mi universidad que todavía no han descubierto qué hacen allí metidos. Supongo que al final no es cuestión de que yo quiera discutir, o de que tengo ideas contrarias a las de todo el mundo, sino simplemente utilizo la cabeza de buena manera. Quién sabe...
Así que, a sabiendas de que la vida poco a poco es cada vez más mierda y que la gente que la plaga es de la misma calaña, y que aquí ni el bueno es bueno, ni el malo es malo, ni la gente liberal lo es tanto, ni la sinceridad resulta ser de verdad y la hipocresía se admira más que la realidad, yo sigo a mi bola intentando pensar que puede que algún día encuentre una manera de sobrevivir a la vida que es ahora el mundo y a lo que del mundo se pretende hacer.
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