Quizá te interesa saber que la vida está llena de cosas que nunca entenderemos. Eso puede que ya lo sepas, pero como siempre quiero resultar un tanto redundante para que todo quede estrictamente claro. Luego, ya se sabe, cuando las cosas no se han aclarado del todo la gente puede buscar las lagunas de los cifrados para argumentar que, de haberlo sabido, hubieran entendido todo lo que se les preguntó.
Quizá te interesa saber que la vida no es lo que parece. Bueno, esto también puede que lo sepas, pero aún así sigo insistiendo en decir cosas obvias, por si a algún despistado se le ha podido colar la información por los recovecos del quehacer. Puede que vayas por la vida viendo cosas donde no las hay, de hecho es lo que suele pasar siempre, y cuando te das cuenta de que te estás inventando la mitad de la película insistes en que es imposible que eso no sea cierto.
Y a todo esto, tenía ganas de pasarme por aquí. Curiosamente, cuando escribo algo después de tiempo y tiempo, siempre tengo ganas. Supongo que no me volvería a pasar por aquí después de tiempo y tiempo si no tuviera una pizca de desazón al darme cuenta de que hace eones que no me digno a pensar en mí. Es esto lo que hago aquí, pensar en mí pero no en mí misma, sino en mi interior, por descubrir cosas nuevas que todavía no he descubierto.
Hoy ha sido un día de estos que quizás te interesen. Entretenidos y estresantes a la vez. Creo que un medidor de mi concentración u ocupación sería el número de veces que entro en Twitter al día. Pues hoy he entrado una única vez, cuando ya estaba en el sofá de mi casa y desocupada. Todo el día estudiando como si fuera lo más entretenido, lo único que puedo hacer y, quizás, lo que más me interese. Al fin y al cabo es cierto, se me ha pasado el día volando haciendo cosas de clase, estudiando para los exámenes que se avecinan y terminando tareas pendientes. Será que después de todo he descubierto que mi vocación sí es mi vocación.
También he descubierto que hay cosas que puedes conseguir ver si no prestas atención. Detalles que te inventas pero que de pronto son ciertos y piensas que tienes una buena intuición. También me he dado cuenta de que hay cosas que no sé sustituir. Pongo un ejemplo: si alguien me dijese que deje de gritar, probablemente contestaría de malas maneras, diciendo que yo grito lo que me da la gana o similares lindeces; pero, si se da la ocasión de que es una persona que me produce rechazo a las malas contestaciones, no sabría qué decir y simplemente me callaría. Podría decirse que cuando algo no me cuadra, termino haciendo caso. Soy una niña buena.
Y al final, con descubrimientos y quizás se me pasa el día como el que cree que ha hecho algo productivo pero al que le han faltado horas. Después, parece que no has hecho absolutamente nada aunque tus esfuerzos den sus frutos, pero es lo que tiene el tiempo, cuando se pasa volando parece que no lo aprovechas.
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