Me he aficionado a las encuestas. Es que a mí me gusta innovar, oye, soy bastante original cuando me lo propongo. Me he aficionado a conseguir dinero y la verdad es que con tanto tiempo libre (ironía) no se me ha ocurrido una forma mejor de conseguirlo. Así que, un día más, ¡bienvenido al mundo de las estafas!
No, no lo creo. Y si no, tranquilos, que en cuanto me timen ya os aviso. Me he registrado en una web de encuestas. Se trata de lo siguiente: tú rellenas encuestas que te mandan periódicamente y a cambio te dan un eurito por encuesta. Eso sí, tienes que rellenar primero 10 encuestas gratuitas para confirmar que te interesa esto de las encuestas y no lo dejes a las primeras de cambio. Vamos, que no se concibe que te de por rellenar las 10 encuestas y luego no quieras saber nada más de ellos, porque si eres capaz de aguantar casi un mes para rellenar las jodidas encuestas gratuitas, no tienes las narices de dejarlo cuando ya te van a pagar. ¿Me he explicado?
En realidad, no es algo complicado y te suma la diversión. A mi me gusta rellenar encuestas, mucho, y no porque tenga una obligación moral de exponer mis opiniones ni una necesidad imperiosa de que la gente sepa lo que quiero. No, no, me gustan porque son formas entretenidas de pasar el tiempo y porque tengo una manía: me gusta responder preguntas. ¿Habéis hecho alguna vez la payasada de, aburridos, dedicaros a hacer preguntas y contestarlas para pasar el rato? A mí me chiflaba y las encuestas no son más que preguntas sobre temas de comercio, sí, pero preguntas al fin y al cabo. Me da igual si me preguntan sobre mi animal favorito o sobre el banco más fiable, son preguntas al fin y al cabo.
Y si resulta que todo esto no es una patraña y que cuando termine las 10 encuestas en lugar de dejarme botada y no mandarme ninguna más, me las siguen enviando; y sin con todo eso las que me mandan me las remuneran en lugar de vacilarme, habré ganado algo muy importante: ganar dinero con cosas que me gustan. Ya sé que un euro por encuesta cuando como mucho te mandan dos a la semana no es un planazo. Pero oye, ocho euros al mes nunca vienen mal, sobre todo si la cosa se anima y te van enviando más encuestas y si consigues ahorrar ese dinero. Que vienen siendo 96 euros al año, que se dice poco. Vale que con eso no voy a comprarme un yate ni un 600, pero yo de estas cosas entiendo, que ver que te aparece dinero en la cuenta cuando no te lo esperabas te da una alegría, como si tuvieras un ángel de la guarda que te ingresa dinero, un mecenas de las antiguas épocas. El mecenas de las encuestas.
Llamadme loca, pero es que me emociono con facilidad. Y si de casualidad consigo sacar algo en claro con todo esto de las encuestas, ya os avisaré. Que ahora puede que no, pero con ocho euros al mes ya puedo ir al cine. Una vez al mes, pero menos es nada.
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