Es bueno recordar viejos tiempos, momentos en los que comparamos nuestro pasado con la vida que llevamos, viendo como las cosas han cambiado ya sea para bien o para mal. Pero cuando esto se repite una y otra vez, y otra y otra, la comparativa se va desvaneciendo y sólo te queda la reflexión. ¿Qué pasó desde aquel momento donde nada querÃas que terminara, hasta la actualidad donde nada es igual? ¿Pensaste que no quedarÃa ni un resquicio de todo lo que querÃas?
Esta es una entrada que no deberÃa hacer, porque darÃa a entender que hecho de menos cosas de un pasado que quise dejar atrás. Lo cierto es que, después de tanto, sólo me queda pensar en ese pasado sin las ganas de recuperarlo. Pensar por pensar. Todos pasamos por distintas etapas en la vida, y aunque en las comparativas uno siempre se ve alejado del pasado, como si eso fuera el sinónimo de que dejaste atrás una vida miserable que ahora florece, aquà cada uno tira para su lado, y aquellos que todavÃa permanecen en el pasado, probablemente crean que ese es si sitio.
Las amistades son algo que uno pierde con el tiempo. Es algo asumible y previsible, incluso cuando pierdes amistades que nunca creÃste posibles de perder, incluso cuando son de la peor manera posible, o de la más extraordinaria. He perdido muchas amistades por el camino, algunas las perdà por culpa mÃa, otras por mi personalidad y muchas otras por la personalidad de los demás. Algunas amistades las perdà por creer que la verdad de mi pensamiento va por delante de todo lo demás, algunas por creer que yo iba por delante de todo lo demás y muchas otras porque, de cualquier forma, algunos maduran y otros no.
Perdà vida, a pesar de que temporalmente la esté ganando. Puedo llegar a pensar que estoy ganando vida y perdiéndola a la vez, o quizá sólo tergiverse el sentido de la vida, y más que ganar vida estoy ganando experiencia y vivencias. Pero sinceramente creo que perdà vida, perdà inteligencia irrecuperable por el camino, perdà una personalidad que el mundo me obligó a eliminar, perdà sueños, esperanzas y vivencias. Perdà el gusto por mil cosas, todo para darme cuenta de que, perdiendo todo, me quedé sin nada. Pero todo lo recuperas por el camino, o casi todo, ya que en cualquier momento reaparece para luego desaparecer una vez más.
Sin duda en la vida todo se pierde. Todo se queda atrás. Pero pienso que recordarlo no está nada mal, quizá un dÃa descubras los motivos de por qué todo se perdió y aunque tras tanto tiempo no sirva para nada y, siendo sinceros, aunque sirviera para recuperar lo perdido uno ya no querrÃa eso que se perdió, nunca está de más pedirle explicaciones a la vida que llega y se va. A fin de cuentas, a mà me gusta saber que los viejos tiempos, aunque viejos, fueron en algún momento tiempos de mi vida.
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