{Bi que tocó la puerta}
Primera persona del singular del pretérito perfecto de indicativo del verbo ver: Yo vi. Así que no, no es que de repente me haya vuelto pollina y no sepa cómo diantres se escriben todas las conjugaciones posibles del verbo ver. Es que simplemente no me estoy refiriendo a nada que haya visto.
Recientemente a alguien le ha dado por llamarme bisexual. Es un proceso evolutivo, quiero creer. En primera instancia se decantó por decir que era lesbiana y que sería mejor que todas las mujeres de alrededor supieran que quería, en palabras directas, violarlas o similares. Ahora hemos llegado al estadio de la bisexualidad, de manera espontánea y espoleado por comentarios del género masculino de mi clase.
A caballo regalado no le mires el diente, que se dice. La paciencia sólo me llevará a que de una vez por todas acepte mi heterosexualidad. Aunque, como ya le he asegurado, prefiero que me diga bisexual a lesbiana, por lo menos lo primero tiene mitad de verdad. Y todo porque una intenta hablar de temas serios y actuales. Mi propósito no fue otro que exponer el pensamiento que tengo sobre lo que denominé personalmente machismo indirecto.
Resulta que, en todos los casos que he barajado, los hombres sienten asco hacia la visión de una pareja gay besándose, pero sin embargo les da morbo ver una pareja lésbica en el mismo acto. Vale, entiendo que a un hombre no le produzca un placer exclusivo ver a dos hombres dándose el lote, pero mínimamente la indiferencia es lo primero que debería rondar por sus cabezas si con las tías no les pasa lo mismo, en lugar de asco. Y esta era mi postura.
Sin duda ninguno se creyó que a mí me provocara el mismo sentimiento ver a dos tíos o a dos tías besándose. Es como ver a una pareja normal y corriente, si no me da asco ver a un chico y una chica besándose, ¿por qué tendrían que hacerlo dos chicas? Al parecer la conversación derivó momentáneamente en política y luego continuó de manera sorprendente en un debate totalmente distinto: el hecho de poner mantener la misma relación si tu mejor amigo/a te declara su amor. Y digo yo, ¿qué puñetas tiene que ver eso con el debate inicial? Pues es lo bonito de las conversaciones, que se pueden hacer eternas porque se cambia de tema como de postura.
La conversación fue interrumpida por el profesor y quedó en bromas que cortan el momento. Hasta ahí, una ecuación del gusto másico y de la variación de atracción sexual, que viene definida por la perversión y la variabilidad del calor con respecto a la perversión. Es la forma que tenemos de expresarnos los ingenieros, nos gusta tanto ser así que tenemos que hablar ya con términos científicos, más que nada para no hundirnos en nuestra miseria de estudio y estudio. Que se vea que sirve para algo más, como para cultivar nuestro ingenio.
Pero así son los casos evolutivos, se empieza con una cosa y se acaba con otra. Yo, de momento soy una bisexual que espera con ansia que alguien reconozca de una vez que me gustan tanto las mujeres como sacar un 0 en un examen.
Recientemente a alguien le ha dado por llamarme bisexual. Es un proceso evolutivo, quiero creer. En primera instancia se decantó por decir que era lesbiana y que sería mejor que todas las mujeres de alrededor supieran que quería, en palabras directas, violarlas o similares. Ahora hemos llegado al estadio de la bisexualidad, de manera espontánea y espoleado por comentarios del género masculino de mi clase.
A caballo regalado no le mires el diente, que se dice. La paciencia sólo me llevará a que de una vez por todas acepte mi heterosexualidad. Aunque, como ya le he asegurado, prefiero que me diga bisexual a lesbiana, por lo menos lo primero tiene mitad de verdad. Y todo porque una intenta hablar de temas serios y actuales. Mi propósito no fue otro que exponer el pensamiento que tengo sobre lo que denominé personalmente machismo indirecto.
Resulta que, en todos los casos que he barajado, los hombres sienten asco hacia la visión de una pareja gay besándose, pero sin embargo les da morbo ver una pareja lésbica en el mismo acto. Vale, entiendo que a un hombre no le produzca un placer exclusivo ver a dos hombres dándose el lote, pero mínimamente la indiferencia es lo primero que debería rondar por sus cabezas si con las tías no les pasa lo mismo, en lugar de asco. Y esta era mi postura.
Sin duda ninguno se creyó que a mí me provocara el mismo sentimiento ver a dos tíos o a dos tías besándose. Es como ver a una pareja normal y corriente, si no me da asco ver a un chico y una chica besándose, ¿por qué tendrían que hacerlo dos chicas? Al parecer la conversación derivó momentáneamente en política y luego continuó de manera sorprendente en un debate totalmente distinto: el hecho de poner mantener la misma relación si tu mejor amigo/a te declara su amor. Y digo yo, ¿qué puñetas tiene que ver eso con el debate inicial? Pues es lo bonito de las conversaciones, que se pueden hacer eternas porque se cambia de tema como de postura.
La conversación fue interrumpida por el profesor y quedó en bromas que cortan el momento. Hasta ahí, una ecuación del gusto másico y de la variación de atracción sexual, que viene definida por la perversión y la variabilidad del calor con respecto a la perversión. Es la forma que tenemos de expresarnos los ingenieros, nos gusta tanto ser así que tenemos que hablar ya con términos científicos, más que nada para no hundirnos en nuestra miseria de estudio y estudio. Que se vea que sirve para algo más, como para cultivar nuestro ingenio.
Pero así son los casos evolutivos, se empieza con una cosa y se acaba con otra. Yo, de momento soy una bisexual que espera con ansia que alguien reconozca de una vez que me gustan tanto las mujeres como sacar un 0 en un examen.
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