No tenemos ni idea de nada. Primer hecho indiscutible. Y a pesar de esto tenemos la obligaciĆ³n de opinar sobre todo porque transmite interĆ©s por lo que nos rodea, aire de pertenencia y necesidad de motivaciĆ³n. ¿Es relevante? Puede parecer extravagante que si a una persona le preguntasen sobre algo, Ć©sta contestara sinceramente que no tiene ninguna opiniĆ³n al respecto; puede parecer castigable que, por otro derrotero, tenga un punto de vista radical (en cualquier sentido de la palabra) o podrĆa decirse incluso hilarante.
No sabemos nada de todo. Creemos que tenemos un juicio supremo o una capacidad robĆ³tica para imaginar una situaciĆ³n y saberlo completamente todo sobre nuestra hipotĆ©tica e imaginara respuesta durante dicha situaciĆ³n. La verdad es que no hemos vivido una guerra, un videojuego no logra que sepas disparar, las noticias no te explican por quĆ© es o no necesario que alguien apriete el gatillo, los profesores no te enseƱan las necesidades de la pĆ©rdida de vidas.
No hemos vivido una guerra. Para bien o para mal no sabemos si las consecuencias de la misma nos benefician o nos destruyen, si tenemos que olvidarnos de todo lo que nos rodea y luchar por un sentido mayor, si las bombas caerĆ”n sobre tu tejado o tu hermano serĆ” quien se las tire al vecino. Podemos decir si estamos a favor o no de la guerra, si participarĆamos en una, si nos gustarĆa que fuera una opciĆ³n como otra cualquiera, pero no podemos acertar hasta probar.
Hay personas que dicen que si estallase la guerra cogerĆan a su familia y se irĆan lejos para no volver. No saben si para salvar a su familia tendrĆ”n que lidiar con la guerra por el camino, o si tomar parte en ella para conseguirlo.
Hay personas que dicen que las consecuencias de una guerra son justificaciĆ³n suficiente como para no empezarla. No saben si para lograr algo necesario al final no hay otro camino que el daƱo colateral. No saben si habrĆ”n otros que opinen que la guerra es un cruel beneficio del que luego abastecerse.
¿QuĆ© creo yo? Creo que la guerra es necesaria y que siempre lo ha sido. La ley de la naturaleza, todos sabemos pegarnos y emplear la violencia para obtener un aƱadido, incluso aunque nunca hayamos hecho uso de ella. Todos sabemos respetar a alguien cuando hay una supremacĆa en la batalla, todos sabemos ser aliados por un interĆ©s comĆŗn.
Las grandes genialidades (en todos los aspectos) provienen de la guerra. No quiero hacer juicios de valor, hablemos de genialidades de forma objetiva, independientes de los gustos de cada uno Creo que yo podrĆa participar en una guerra y quedarme voluntariamente para vivirla. Pero no lo sĆ©, igual mi miedo es superior a mi fantasĆa de deber. Quiero saberlo y por eso me estoy encaminando a descubrirlo.
Nunca hemos vivido una guerra pero probablemente no muramos sin ser contemporĆ”neos de una. Nunca seremos partĆcipes de bastantes cosas sobre las que opinemos. No podemos vivirlo todo, asĆ que si algo te llama la atenciĆ³n mĆ”s que el resto, encamĆnate hacia ello. Necesitamos a mĆ”s gente sabiendo de lo que habla que a personas que opinan sobre todo.
No hemos vivido una guerra, pero sabemos que se ganan haciendo daƱo de verdad, siendo pensativo y actuando cuando es necesario y de forma certera. Luchando por los que lo dan todo y dependen de ti, por los que te han apoyado. Como la vida. Como una vida en guerra. Como la guerra.
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