{Te odio *original sin modificación*}
“Te odio. Te odio porque soy malvado cuando te tengo cerca. Cada mañana me observas con tu mirada ladina, me llamas con ella, me suplicas que me acerque y te haga mía. Miras a tus padres con desprecio, los aborreces porque no nos dejan estar juntos. Yo también los aborrezco porque ellos no me quieren, lo noto en sus gestos. Sus caras se congestionan cuando te miro, porque creen que soy una amenaza, porque dicen que te miro con deseo y que eso les produce asco.
Te odio porque no me defiendes. Tú les sonríes a lo que dicen, les dices que no me conoces de nada y que no tienen de qué preocuparse. ¿Por qué les mientes? ¿Por qué me niegas? Todas las tardes al salir de tus clases me vuelves a ver y me vuelves a mirar, a veces te sacudes el pelo con la mano, te lo peinas son sensualidad. Siempre me miras cuando lo haces, siempre te mantienes lejos de mí obligándome a perseguir tu figura.
Yo le pregunto a la gente por ti, me intereso por tus gustos, tus aficiones y tu forma de pensar y de ser. Tú no le preguntas a nadie porque lo sabes todo sobre mí. Recibes todas mis cartas y a todas contestas, cada vez con más atrevimiento, prometiendo cosas que luego no cumples.
A veces me contestas con tristeza, lo noto en tus palabras, me cuentas que tu familia no quiere que seas feliz, que siempre tienes que dar explicaciones, que no te dejan relacionarte con quien de verdad quieres. Sé que me estás pidiendo ayuda, sé que quieres que estemos juntos. Por eso, porque te odio y te amo tanto, no me quedaré de brazos cruzados esperando tus miradas, conseguiré que estemos juntos, mi amor. Para siempre.”
Te odio porque no me defiendes. Tú les sonríes a lo que dicen, les dices que no me conoces de nada y que no tienen de qué preocuparse. ¿Por qué les mientes? ¿Por qué me niegas? Todas las tardes al salir de tus clases me vuelves a ver y me vuelves a mirar, a veces te sacudes el pelo con la mano, te lo peinas son sensualidad. Siempre me miras cuando lo haces, siempre te mantienes lejos de mí obligándome a perseguir tu figura.
Yo le pregunto a la gente por ti, me intereso por tus gustos, tus aficiones y tu forma de pensar y de ser. Tú no le preguntas a nadie porque lo sabes todo sobre mí. Recibes todas mis cartas y a todas contestas, cada vez con más atrevimiento, prometiendo cosas que luego no cumples.
A veces me contestas con tristeza, lo noto en tus palabras, me cuentas que tu familia no quiere que seas feliz, que siempre tienes que dar explicaciones, que no te dejan relacionarte con quien de verdad quieres. Sé que me estás pidiendo ayuda, sé que quieres que estemos juntos. Por eso, porque te odio y te amo tanto, no me quedaré de brazos cruzados esperando tus miradas, conseguiré que estemos juntos, mi amor. Para siempre.”
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