{Caminante no hay camino...
...se hace camino al sobrevivir.} Ciertamente, para los avispados que han descubierto que la frase no termina asÃ, les puedo dar la enhorabuena por el único logro del dÃa y educadamente los puedo mandar de vuelta a sus quehaceres si no encuentran nada más interesante aquÃ.
Hoy es uno de esos dÃas felices, cuando me siento lo suficientemente borde como para escribir de todo y para todos. ConfÃo en que las indirectas sean una asignatura cursada por unos privilegiados que gocen del talento de poder entenderlos. En el mundo hay demasiada consideración poco considerada. Las personas agradecen *o al menos eso proclaman* que otras personas sean condescendientes, sensibles, empáticas, tengan palabras de aliento y, por supuesto, sean delicados como el colibrà al posarse en una dulce flor primaveral; unas personas muy fantasiosas soñando otras personas de carácter Disney.
Posiblemente sea un método desconocido o el único que desenmascara a los masoquistas del mundo. Las indirectas podrÃan definirse como las palabras que con sutileza dejan entrever algo para que te lo digan sin decirlo, y asà no pases por la vergüenza de que te lo griten a los cuatro vientos. Es un método grácil y elegante que te viene a decir: "descúbrelo solito, no quieres que te lo diga y lo pases mal". Es lo mejor para pillar a tiempo la retirada y que no te puedan acusar de cobarde y poco gallardo.
Según mis experiencias y datos recogidos, caben esperar dos opciones ante las indirectas de alguien:
No pillas la indirecta por ignorancia o poca perspicacia. Esto es un problema grave, porque la persona que lanzó la indirecta se enfadará, estresará, desesperará y todos los futuros frustrantes. Seguirá con indirectas con la vana esperanza de que cojas la indirecta *una de tantas* con la posibilidad de traumar al individuo y que se pase el resto de su vida hablando con indirectas, lo cual serÃa digno de ver.
O puedes no pillar pero pillar la indirecta en el único caso en el que algo puede ser y no ser a la vez. Esto se debe a que no conoces el significado de resignarse o conoces bastante el significado de masoquismo. AsÃ, mientras alguien ya traumado te lanza indirectas como dardos, tú te haces el indiferente con la esperanza de que el otro se harte y te diga de una vez lo que querÃa con sutileza contarte. Tú recibes el golpe con dolor, afectado, mirando con sufrimiento ensayado para dar esa pena que nos caracteriza a nosotros los seres humanos. En tu cabeza escuchas: "mira que lo sabÃas, cansino". La traumatizada persona lanza-indirectas respira aliviada, pero con un trauma que le durará toda la vida.
Propongo pues que la perspicacia sea algo que se enseñe, pero también a saber emplearla. No vayas a salir masoquista y cojas las indirectas pero te empecines en que sean bordes contigo para pasarlo mal.
Soy, para los pocos avispados, una persona de indirectas. Entre ellos y mi sarcasmo, es complicado saber cuando estoy hablando en serio o lo que quiero decir cuando pronuncio una frase. Pero es que a veces es tan simple ser sarcástico con esas preguntas de redundancia como estar frente a alguien que te dice: "¿Ya te has despertado?". Las respuestas son múltilpes, cada una más hiriente que otra, no me gusta conformarme con decir sà y dejar pasar el momento inútil, hay que aprovecharlo todo.
Hasta aquà no ha terminado todo, porque tiene culpa tanto el asesino como la vÃctima *ya hablaremos otro dÃa de esto, antes de que me acribille alguien*. También hay que saber tirar las indirectas; cuando en ocasiones ni siquiera el que las tira las entiende, entonces hay que preopcuparse. Luego hay que enseñar perspicacia sumándole la sutileza.
Cada quien puede intentar ponerse al dÃa, que el saber no ocupa lugar y de paso, es una entretenida forma de poner a prueba a alguien. Dedico esta actualización al quejica de turno, para ver si según va leyendo *si es que no se cansó ya* me va convenciendo de nuevo de que mi blog no está fatal *¬¬*
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