{Anywhere *another mind*}
Hoy me sentí soñada. La sensación de no prestar atención a la realidad y fugarme, por un instante, hacia el sueño de alguna persona en paraje desconocido. Ser partícipe de la vida ajena y, después, volver a mi mundo con la sensación de soñada, de vacía y etérea.
Me pregunté si las personas que me rodeaban eran también soñadas, pertenecían al mundo inconsciente del vecino y se volvían fantasmas de un círculo vicioso. Imaginé, tal vez, un día, un lugar y una circunstancia, donde dos personas sean soñadas entre ellas y compartan la sensación de intercambiarse el mundo.
Sentirse soñados sin poder describir con exactitud lo pensado e imaginado, quedarte con las palabras carentes de significado, una idea sin su realidad correspondiente.
Realmente soy soñada porque sé que en algún lugar partes de mí pertenecen a otra persona. No son mis sueños sino los nuestros, compartir pensamientos lejanos sin saber que entre nosotros existen. Como en todo, debe de existir la persona que nos complementa de igual manera, ideas similares, inconsciencia divina y momentos de complacencia.
No hay pantallas, muros ni vallas que nos nieguen el soñar; lo únicamente vivo en el planeta de prohibiciones. Los sueños son eternos, ya bien sea porque nadie puede quitártelos, porque nunca se cumplen o se cumplen e inmediatamente dejan de ser sueños para dejar lugar a otros nuevos.
Hoy me siento soñada, a pesar de no quererlo. Esos sueños que me tienen en cuenta deberían realizarse, para poder volar alto y alejarse, acercándose a la realidad de ganas de realizar, hojas al viento que invitan a la felicidad. No habrá esperanza porque ésta se compone de ilusiones incumplidas, frases sin sentido y ocasiones huecas, dispersas.
Una vez ahí, en ese planeta de prohibiciones y sueños vívidos cumplimentados, llegará el día de poder plasmarlos en uno, no ser soñado sino realizado, como la idea de un pintor representada al óleo, la canción sentimentalista escuchada en soledad o los libros abandonados, sin saber que siguen allí alejados de sus antiguos camaradas.
Con este sueño de cumplir el sueño de sentirme soñada, me levanto cada día y lo medito con pereza. Sonrío por tenerlo, aunque no se cumpla. Siempre hay que procurarse metas y los sueños las definen: logros en un futuro, promesas cumplidas y, sobre todo, más sueños.
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