{Qué pequeÑo es el mundo}
Y no, por favor, la "ñ" en mayúscula no es un mensaje subliminal para que la gente empiece a pensar en los anuncios del Hiperdino, hagánme el favor *bastante tengo ya con verlos por la tele, temiendo el día que vea el anuncio que hagan por Navidad*. Pero es la "Ñ", esa letra tan característica de este nuestro país. Hay que ver, no podían escoger otra letra que fuera menos "moÑa". De ella sólo salen palabras terroríficas: Ñu, ÑoÑo, caÑa, saÑa, engaÑa, GaraÑaÑa...Que no, que no me convence.
Sin embargo, decidí que hoy mi entrada se titularía así, y es entonces cuando busqué la foto de algo pequeñito. Sin nada más contemplado ante la expectativa de hablar sobre que el mundo es pequeño *a quién se le ocurriría esa frase* y empezando hace un párrafo a hablar sobre anuncios y de refilón Navidad, me di cuenta de que la foto es entre roja y verde...qué colores tan navideños. Si al final, entre una cosa y otra, el mundo va a ser pequeño *metafóricamente hablando, todo sea entendido*.
Y es que mis ganas de empezar de una vez este mes *obviando el hecho de que ya estamos a 9*, me han hecho apurarme en sobremanera. Por un lado, hoy era el día definitivo, pero un pequeño fallo de cálculo con la imagen a poner, me hizo recular y tener que hablar de otra cosa, que si hablaba de lo mismo sin la foto que quería ya no hace tanta gracia. Pero ya puestos hablar de las pequeñeces del mundo, diré que basta con centrarse un poquito para darnos cuenta de que los campos semánticos nos rodean.
Recientemente me han hecho pensar que el mundo está hecho a escala. Probablemente el mundo no es pequeño, sino nosotros demasiado grandes; o, como diría yo, el mundo no es pequeño sino que ahorra espacio. ¿Para qué? Eso sí que no lo sé, porque ni el mundo le está haciendo un huequito a nadie, ni por ahorrar espacio va a ser más rico *véase la gente que se arrincona, y todavía sigue en el rincón esperando a que caiga dinero del hueco*. Puede que, si el mundo ahorrara, vendiera sus espacios restantes y así pudiera cotejar en bolsa. También habría que ver quién le compraría espacio al mundo: China, por ejemplo. Aunque yo creo que, más bien, el mundo le regalaría espacio a China y así podrían dejar de hacer las panochadas que hacen para que no tengan que vivir unos encima de otros.
Por otro lado, lo pequeño siempre ha resultado bonito: las margaritas, los pajaritos, las mariquitas, las hadas, los duendes, los enanitos de Blancanieves, los perenquenes, las pegatinas, los virus y las bacterias...Ehmm, vale, la típica excepción que confirma la regla. Lo grande es algo que, por mucho que se presuma de ello *no va con segundas, no va con segundas, no va con segundas...* siempre se mira desde otra perspectiva. Porque las cosas grandes lo tienen complicado. Si una personas es grande, en el caso de la mujer, a ver en qué momento encuentra a un hombre más grande que ella; en el caso del hombre, si es grande en cuanto a musculatura, entonces el pobre puede ir olvidándose de fijarse en las bajitas *experiencia del tipo Papa Noel con Sergio, para más información mi exposición de expresión corporal*. Puede una persona grande también olvidarse de pasar desapercibido, con sus consecuencias en la infancia del tipo: nunca gané al escondite...Eso, queráis o no, produce una severa traumatización que luego, sin darte cuenta, cotiza en bolsa junto al espacio ahorrado del mundo.
Sin embargo, decidí que hoy mi entrada se titularía así, y es entonces cuando busqué la foto de algo pequeñito. Sin nada más contemplado ante la expectativa de hablar sobre que el mundo es pequeño *a quién se le ocurriría esa frase* y empezando hace un párrafo a hablar sobre anuncios y de refilón Navidad, me di cuenta de que la foto es entre roja y verde...qué colores tan navideños. Si al final, entre una cosa y otra, el mundo va a ser pequeño *metafóricamente hablando, todo sea entendido*.
Y es que mis ganas de empezar de una vez este mes *obviando el hecho de que ya estamos a 9*, me han hecho apurarme en sobremanera. Por un lado, hoy era el día definitivo, pero un pequeño fallo de cálculo con la imagen a poner, me hizo recular y tener que hablar de otra cosa, que si hablaba de lo mismo sin la foto que quería ya no hace tanta gracia. Pero ya puestos hablar de las pequeñeces del mundo, diré que basta con centrarse un poquito para darnos cuenta de que los campos semánticos nos rodean.
Recientemente me han hecho pensar que el mundo está hecho a escala. Probablemente el mundo no es pequeño, sino nosotros demasiado grandes; o, como diría yo, el mundo no es pequeño sino que ahorra espacio. ¿Para qué? Eso sí que no lo sé, porque ni el mundo le está haciendo un huequito a nadie, ni por ahorrar espacio va a ser más rico *véase la gente que se arrincona, y todavía sigue en el rincón esperando a que caiga dinero del hueco*. Puede que, si el mundo ahorrara, vendiera sus espacios restantes y así pudiera cotejar en bolsa. También habría que ver quién le compraría espacio al mundo: China, por ejemplo. Aunque yo creo que, más bien, el mundo le regalaría espacio a China y así podrían dejar de hacer las panochadas que hacen para que no tengan que vivir unos encima de otros.
Por otro lado, lo pequeño siempre ha resultado bonito: las margaritas, los pajaritos, las mariquitas, las hadas, los duendes, los enanitos de Blancanieves, los perenquenes, las pegatinas, los virus y las bacterias...Ehmm, vale, la típica excepción que confirma la regla. Lo grande es algo que, por mucho que se presuma de ello *no va con segundas, no va con segundas, no va con segundas...* siempre se mira desde otra perspectiva. Porque las cosas grandes lo tienen complicado. Si una personas es grande, en el caso de la mujer, a ver en qué momento encuentra a un hombre más grande que ella; en el caso del hombre, si es grande en cuanto a musculatura, entonces el pobre puede ir olvidándose de fijarse en las bajitas *experiencia del tipo Papa Noel con Sergio, para más información mi exposición de expresión corporal*. Puede una persona grande también olvidarse de pasar desapercibido, con sus consecuencias en la infancia del tipo: nunca gané al escondite...Eso, queráis o no, produce una severa traumatización que luego, sin darte cuenta, cotiza en bolsa junto al espacio ahorrado del mundo.
Esto no tiene ningún argumento sonstenible, cualquier cosa a favor de las magnificencias o anchuras es bien recogida, no se diga que hay discriminación *y menos por ser grande*. Todo tiene su haber en el mundo y las diferencias son lo que mejor se acoge, tanta igualdad produce aburrimiento, al fin y al cabo, inclusive si es por una buena causa. Las Navidades, todas iguales, y no veas al final como aburren. Siempre la misma fecha, las mismas fiestas, la misma familia, la misma decoración pero, ¡ah!, los regalos son distintos, y las vacaciones de clase siempre se reciben con la alegría mayor según van pasando los años. El día que te empiecen a regalar lo mismo, entonces nos podemos empezar a preocupar. "Oye, madre linda, ¿por qué me regalaste lo mismo que el año pasado?", a cambio recibes una mirada dolida y te dicen "Que cruel eres conmigo, yo que pensé que los malvados estaban en la cárcel..." Y sí, mamá, sí...que pequeño es el mundo.
Pero si bien es cierto que el mundo es pequeño, a partir de ahora podríamos mirarlo todo de distinta manera. Al fin y al cabo, las cosas pequeñas no serán pequeñas, serán del mismo tamaño que el mundo.
Pero si bien es cierto que el mundo es pequeño, a partir de ahora podríamos mirarlo todo de distinta manera. Al fin y al cabo, las cosas pequeñas no serán pequeñas, serán del mismo tamaño que el mundo.
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