
x.Momento: entre tormentas
x.Estado: confusa
x.Libro: La Catedral del Mar
x.Serie: Amar en tiempos revueltos
Hay hobbies a los que, en ocasiones, habría que echarles un vistazo. Puede que, durante esta entrada, desvaríe a momentos, porque ahora mismo estamos sufriendo turbulencias hogareñas dignas de una entrada que se sucederá más arriba. De momento, me quedo con esto de los hobbies malos, entiéndase por malos cualquier tipo de cosa que no sea el típico hobby común de cualquier persona coherente.
Aunque se puede ser una persona coherente la mayor parte del tiempo pero, en lo que a hobbies se refiere, siempre podemos sufrir desviaciones preocupantes. Yo tuve un hobby Diógenes, que consistía en acumular folletos de cualquier cosa, que derivó en acumular tarjetas de visita, que derivó el acumular entradas de cine. Esto último podría decir la gente ñoña que son recuerdos, cosas que uno guarda porque fue al cine con una y otra persona. Pero no, lo guardo por el hobby de coleccionista.
Con el tiempo, los hobbies se van haciendo más costosos, en mi caso tengo hobby a comprarme zapatos de marca. Capricho, llamémoslo, pero por eso mismo más que necesidad o cualquier otra cosa, es un hobby. Mi madre tiene hobby por ver novelas que duran como si fueran partos. Y si hemos llegado a este punto debemos darnos cuenta de que considero que el hobby es algo más que lo que piensa la gente, que hobby puede ser todo aquello que se prolonga en nuestra vida más de lo normal y que no reporta ningún aliciente extra.
Hoy, afirmo que tengo un hobby nuevo o puede que no tanto, pero que he recuperado tras mucho tiempo en el que no me convencían del todo. El hobby de la lectura. Siempre he leído, al principio como cualquier jovenzuela historias adolescentes de magia y aventuras y, con el tiempo, un poco más sobre todo. Ahora, actualmente, simplemente leo sinopsis tras sinopsis hasta que una me llama la atención, si fijarme en el género o tamaño del libro. Pero ahora mismo mi hobby sí que consiste en leer un género en concreto. Yaoi.
Ah, sí, sé que ya he hablado sobre él pero fue casi a los inicios de este blog y aún no sabía lo suficiente por el género. Aunque no sé si calificarlo de esa forma. Digamos que soy más de leer relatos homoeróticos, ya que poco sobre yaoi he leído. La diferencia se encuentra en los personajes de ambos géneros, unos son originales o otros basados en personajes de anime, series o películas. Y como vivimos en un mundo chupi guay y aquí todos hablamos de lo que nos da la gana, pues yo también. Y lo recomiendo sinceramente, ambos géneros. Actualmente, los mezclo un poquillo y es que una descubre que si conoce a los personajes pues las historias tienen más gracia, aunque con personales originales son igual de interesantes. Pero todo son fanfictions y, al fin y al cabo, todo consiste en encontrar la persona que escribe bien y sea capaz de transmitirte todo lo posible sobre la historia y sus personajes.
Y no voy a hacer menciones con respecto a que los protagonistas son dos hombres que, o bien tienen relaciones sexuales o como mínimo, una relación amorosa. Porque me importa un carajo si son hombres, mujeres o marcianos. Yo leo. Y nada más.
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