{Smile *batiendo récords*}
Graciosamente no me esperaba tener que escribir esto algún día pero...estoy batiendo récords de felicidad. Y con esta, ya son dos semanas seguidas en las que, de momento, no me ha sucedido nada tan malo o decepcionante que sea digno de mencionar. Todo sea dicho, en cuanto ate todos los cabos sueltos de los que depende, podré confirmar definitivamente mi gozo y alegría. Es algo que nunca antes me había sucedido, o por lo menos, nunca antes había tenido dos semanas en las que ningún día fuera malo. Si es cierto que este fin de semana he sufrido, y maldigo los dolores de espalda *por Quien-Sea, ¿desde cuando se tienen dolores de espalda por estar recta unas 6 horas?* que me han dado el tostón durante una tarde-noche-madrugada entera. Pero quien algo quiere, algo le cuesta, a pesar de que empleemos esta frase únicamente cuando nos conviene, y este es el caso para mí.
Tengo un repertorio de fotografías guardadas en múltiples carpetas que ya forman parte de mi vida. Y es que las imágenes son siempre sinónimo de alegría, ya que sólo en los momentos en los que uno disfruta, se le pasa por la cabeza inmortalizar el momento para rememorarlo más tarde, y por eso no me hace nada más dichosa que el hecho de saber que he estado cuatro días seguidos sacando fotos sin parar *con la colaboración de una cámara que debe de estar echando de menos a su dueño, si no se ha enamorado de mí y decide decirle a su propietario que se fuga conmigo*
Auguro que la semana que viene va a ser la semana que todos deberían aprovechar para aprovecharse redundantemente de mí. Sí, sí, la semana que viene a no ser que esos cabos sueltos decidan fastidiar en su totalidad, será la fecha en la que mis bromas sean simplemente eso, sin el típico ánimo sarcástico y ofensivo; mi risa no será falsa y cuando diga que todo me resbala, será cierto. Claro que, tampoco me callaré nada, así que no es la semana en la que Ruth no va a ser sincera amigos, que es la semana alegre, no estúpida.
Independientemente de las personas que anden con la mosca detrás de la oreja, tocando una sinfonía *como en las tardes con mi Darling, en la que ambas cantamos a coro aquella canción tan operística*y crean que mi semana feliz no les incumbe, créanme que no es así. Cada una de las personas que conmigo han tenido contacto en estas dos semanas han ayudado a que me sienta así *y ya van dos entradas en las que soy tremendamente dichosa*. Por supuesto, también tengo que decir que hay personas que me han ayudado a estar alegre porque son tan decepcionantes o tan ajenas a mi realidad, que el simple hecho de que les pase algo malo a mi me alegra. Y quiero que se entienda lo de algo malo, que no se refiere al mal ajeno, de eso uno nunca se puede sentir bien, simplemente de maldades nimias que pasan ante la vida sin gloria ni pena.
Finalmente, y gracias a vuestro permiso, me iré a ver la televisión y entre publicidad y publicidad, soñaré despierta como tantos otros días con la esperanza de seguir contando mis sueños a aquellos que, al descubierto o en las sombras, deciden leer un pedacito de mi historia.
Tengo un repertorio de fotografías guardadas en múltiples carpetas que ya forman parte de mi vida. Y es que las imágenes son siempre sinónimo de alegría, ya que sólo en los momentos en los que uno disfruta, se le pasa por la cabeza inmortalizar el momento para rememorarlo más tarde, y por eso no me hace nada más dichosa que el hecho de saber que he estado cuatro días seguidos sacando fotos sin parar *con la colaboración de una cámara que debe de estar echando de menos a su dueño, si no se ha enamorado de mí y decide decirle a su propietario que se fuga conmigo*
Auguro que la semana que viene va a ser la semana que todos deberían aprovechar para aprovecharse redundantemente de mí. Sí, sí, la semana que viene a no ser que esos cabos sueltos decidan fastidiar en su totalidad, será la fecha en la que mis bromas sean simplemente eso, sin el típico ánimo sarcástico y ofensivo; mi risa no será falsa y cuando diga que todo me resbala, será cierto. Claro que, tampoco me callaré nada, así que no es la semana en la que Ruth no va a ser sincera amigos, que es la semana alegre, no estúpida.
Independientemente de las personas que anden con la mosca detrás de la oreja, tocando una sinfonía *como en las tardes con mi Darling, en la que ambas cantamos a coro aquella canción tan operística*y crean que mi semana feliz no les incumbe, créanme que no es así. Cada una de las personas que conmigo han tenido contacto en estas dos semanas han ayudado a que me sienta así *y ya van dos entradas en las que soy tremendamente dichosa*. Por supuesto, también tengo que decir que hay personas que me han ayudado a estar alegre porque son tan decepcionantes o tan ajenas a mi realidad, que el simple hecho de que les pase algo malo a mi me alegra. Y quiero que se entienda lo de algo malo, que no se refiere al mal ajeno, de eso uno nunca se puede sentir bien, simplemente de maldades nimias que pasan ante la vida sin gloria ni pena.
Finalmente, y gracias a vuestro permiso, me iré a ver la televisión y entre publicidad y publicidad, soñaré despierta como tantos otros días con la esperanza de seguir contando mis sueños a aquellos que, al descubierto o en las sombras, deciden leer un pedacito de mi historia.
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