{Familia}
Alguna vez me ha hecho mucha falta la familia. Y ahà ha estado. No estoy de acuerdo con las afirmaciones de que la familia se tiene, y que la familia es la familia, etc. Cada familia escoge de qué manera quererse, qué hacer por cada uno de sus miembros y componentes.
Hay familias que deciden no quererse, y yo tengo una familia que me quiere. Quiero reavivar este Blog con la esperanza de que por aquà un dÃa pasen las personas que pasaban y vean, por sorpresa, otra nueva entrada en la que menciono a mi familia. Vivir lejos del hogar de toda la vida es complicado, y si bien siempre llega un momento en la vida en el que abandonaremos nuestra casa, el tiempo de preparación es ninguno para cualquier caso.
Llevo cuatro años haciéndome a la idea de que me irÃa de mi casa para ir en pos del estudio y la aventura, y nadie hubiera sido capaz de reflejar para que yo pudiera comprender todo el pesar que se apodera de nosotros cuando nos encontramos indefensos, sólos, a nuestro propio merced.
Pero las cosas pasan y todo vuelve, como mucho, un poco a la normalidad. La soledad sigue siendo la misma, las castañas las tenemos que sacar cada uno del fuego, pero la ayuda familiar, en mi caso, ha hecho que una distancia de dos mil kilómetros sea bastante llevadera, y que mi familia esté ahà cada dÃa como si abriera la puerta de mi casa y estuvieran en la mesa esperándome para comer.
Hay familias que deciden no quererse, y yo tengo una familia que me quiere. Quiero reavivar este Blog con la esperanza de que por aquà un dÃa pasen las personas que pasaban y vean, por sorpresa, otra nueva entrada en la que menciono a mi familia. Vivir lejos del hogar de toda la vida es complicado, y si bien siempre llega un momento en la vida en el que abandonaremos nuestra casa, el tiempo de preparación es ninguno para cualquier caso.
Llevo cuatro años haciéndome a la idea de que me irÃa de mi casa para ir en pos del estudio y la aventura, y nadie hubiera sido capaz de reflejar para que yo pudiera comprender todo el pesar que se apodera de nosotros cuando nos encontramos indefensos, sólos, a nuestro propio merced.
Pero las cosas pasan y todo vuelve, como mucho, un poco a la normalidad. La soledad sigue siendo la misma, las castañas las tenemos que sacar cada uno del fuego, pero la ayuda familiar, en mi caso, ha hecho que una distancia de dos mil kilómetros sea bastante llevadera, y que mi familia esté ahà cada dÃa como si abriera la puerta de mi casa y estuvieran en la mesa esperándome para comer.
0 huellitas