{Perdóname padre...}
…porque pocas veces en la vida, observamos alrededor y comparamos. Porque no es cuestión de ver algo, pasarlo por el cristal de la mala educación, y equiparlo a otro algo de misma naturaleza. Porque las comparaciones se quedan en significados vacíos, no son buenas, puede que tampoco sean malas; no tratamos de comparar algo con nada, no tratamos de admirar ese algo sin tener en cuenta factores externos.
…porque no me equivoco si digo, con todas las de perder el factor sorpresa por el camino, que las ilusiones se terminan con las percepciones. Porque la percepción depende del estado de ánimo y, desconsideradamente, el ánimo no depende de nada. Así nos encontramos con una percepción por día, siendo las ilusiones víctimas de los días en los que la percepción es positiva, negativa, o indiferente. Y en esos días de indiferencia, cuando nuestra ilusión nos es inútil, la ilusión muere.
…porque las mentiras aportan grandes verdades con ayuda de las palabras. Mira al cielo, contempla y descubre, que cuando estás mirando una estrella, en algunas ocasiones no ves nada. Eres capaz de observar algo que ya ha muerto o se ha apagado, y entonces la lógica también muere, comprendiendo que algo puede existir y no existir a la vez.
…porque una vez muerta la lógica, ya nada tiene sentido, y lo malo puede ser lo más bueno, y la acción más peligrosa e inútil convertirse en una circunstancia propicia para el éxito, en un plan estratégico de carreteras de sufrimiento, interpretaciones de la vida de éxito conseguido.
…porque el destino decide nada. Asimilamos nuestro futuro como un porvenir redicho en el que si algo sucede, no es casualidad. Si algo sucede dos veces, nos reafirmamos, y porque andamos doblando las acciones, haciendo, rehaciendo, sintiendo, resintiendo, muriendo, ¿remuriendo? No, ya vamos reentendiendo.
…porque yo sí pretendo tesis doctorales, porque aquí la lógica ya no tiene definición, aquí muerta, remuerta, existiendo sin coexistir con la realidad…pero reflexionemos un poco y determinemos, que si una vez más lo sencillo es dejarlo pasar, ahora paremos un minuto más. Porque, si tras leer todo esto no eres capaz de ver más allá y reflexionar sobre demasiadas cosas, ambos: lector y escritora, habremos de pedir diez veces perdón porque habremos cumplido al final, con lo que he empezado.
...porque no hubo divinidades en mi vida.
...porque he dicho mil nombres sagrados.
...porque no creí en seres alados.
…porque he sido cruel y vengativa.
…porque he matado corazones.
…porque me he perdido en obsesiones.
…porque arrebaté fantasías.
…porque imaginé desilusiones.
…porque adoré las seducciones.
…porque envidié hipocresías.
...porque he dicho mil nombres sagrados.
...porque no creí en seres alados.
…porque he sido cruel y vengativa.
…porque he matado corazones.
…porque me he perdido en obsesiones.
…porque arrebaté fantasías.
…porque imaginé desilusiones.
…porque adoré las seducciones.
…porque envidié hipocresías.
…porque pocas veces en la vida, observamos alrededor y comparamos. Porque no es cuestión de ver algo, pasarlo por el cristal de la mala educación, y equiparlo a otro algo de misma naturaleza. Porque las comparaciones se quedan en significados vacíos, no son buenas, puede que tampoco sean malas; no tratamos de comparar algo con nada, no tratamos de admirar ese algo sin tener en cuenta factores externos.
…porque no me equivoco si digo, con todas las de perder el factor sorpresa por el camino, que las ilusiones se terminan con las percepciones. Porque la percepción depende del estado de ánimo y, desconsideradamente, el ánimo no depende de nada. Así nos encontramos con una percepción por día, siendo las ilusiones víctimas de los días en los que la percepción es positiva, negativa, o indiferente. Y en esos días de indiferencia, cuando nuestra ilusión nos es inútil, la ilusión muere.
…porque las mentiras aportan grandes verdades con ayuda de las palabras. Mira al cielo, contempla y descubre, que cuando estás mirando una estrella, en algunas ocasiones no ves nada. Eres capaz de observar algo que ya ha muerto o se ha apagado, y entonces la lógica también muere, comprendiendo que algo puede existir y no existir a la vez.
…porque una vez muerta la lógica, ya nada tiene sentido, y lo malo puede ser lo más bueno, y la acción más peligrosa e inútil convertirse en una circunstancia propicia para el éxito, en un plan estratégico de carreteras de sufrimiento, interpretaciones de la vida de éxito conseguido.
…porque el destino decide nada. Asimilamos nuestro futuro como un porvenir redicho en el que si algo sucede, no es casualidad. Si algo sucede dos veces, nos reafirmamos, y porque andamos doblando las acciones, haciendo, rehaciendo, sintiendo, resintiendo, muriendo, ¿remuriendo? No, ya vamos reentendiendo.
…porque yo sí pretendo tesis doctorales, porque aquí la lógica ya no tiene definición, aquí muerta, remuerta, existiendo sin coexistir con la realidad…pero reflexionemos un poco y determinemos, que si una vez más lo sencillo es dejarlo pasar, ahora paremos un minuto más. Porque, si tras leer todo esto no eres capaz de ver más allá y reflexionar sobre demasiadas cosas, ambos: lector y escritora, habremos de pedir diez veces perdón porque habremos cumplido al final, con lo que he empezado.
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