{Cansancio Mental}
El cansancio mental se pega. Se pega de pensarlo, de no tenerlo y preguntarlo. Se pega porque no sabes donde está, y basta que te lo recuerden para que te pegue sin avisar. Se pega cuando no sabes lo que es, y tras una explicación empiezas a darte cuenta de que es exactamente lo que explica tu situación: estás cansando mentalmente, y todavÃa no te habÃas dado cuenta.
Lo piensas y te cansa, lo dejas de pensar y sigue cansando, y por mucho que lo intentes, sólo hay una forma de solucionarlo: descansa. Descansa la mente, no pensando en pajaritos, ni en campos llenos de flores con ovejas soñadoras intentando conciliar; descansa pensando en lo que te cansa, buscándole soluciones u optativas, e intentando descubrirlas donde más cerca están. Seguramente, las soluciones te las estén dando y no has sido capaz de verlas, sino que has decidido buscar soluciones inventadas, cansando más la mente.
Ahora que lo escribo, yo también estoy cansada mentalmente. Cansada de luchar por la misma cosa, sin obtener resultado. Cansada por no hacer lo que quiero, y eso es contraproducente.
Soy una chica de pasiones, pasiones malas. Y las llevo hasta las últimas consecuencias, consecuencias buenas. A través de mis pasiones malas obtengo buenos resultados y eso no puede ser sino porque esas pasiones no son malas por su perversidad, sino porque a mi no me gustan. Me gustan por ser mis pasiones, no me gustan por saber que me gustan.
Y lucho contra las imaginarias adversidades, lucho porque no me gusta que me guste lo que no deberÃa de gustarme. Lucho por ser cada dÃa un poco más cobarde, y no sé por qué motivos me empeño en ser valiente. Hoy dejé de luchar, me rendÃ. Pensé: "¿por qué no soy valiente? Al fin y al cabo, por un dÃa valeroso no puede ocurrir nada malo". Y cuando dejé de librar mis batallas y empecé a pensar en mis pasiones, ahora buenas pasiones *porque ya me gustaban*; alguien empezó a luchar por mÃ.
¡Demonios! ¿En qué momento se le ocurre? Y sÃ, iba a ser valiente, iba a hacer lo que querÃa, como querÃa, cuando querÃa y porque sÃ, para que voy a dar más explicaciones...Pero siempre hay algo que lo impide, y esta vez no fui yo a pesar de que eso no me haga sentir mejor. Se dieron las condiciones exactas hasta el último momento. Es como si alguien con vértigo estuviera bajando por el ascensor de la Torre Eiffel, y cuando ya llega al último piso para besar la tierra y gritar Aleluya, el ascensor vuelve a subir.
Y como no, sigo cansada mentalmente por haber desperdiciado la oportunidad de descansar mi pensamiento, o mejor expresado, sigo cansada por haber tenido la mala suerte de que las indirectas no llegaran a su destino. Cuando uno sabe que algo malo va a estropear ese momento de descanso, intenta dar explicaciones. Otro dÃa tendré que hablar de las explicaciones o las excusas, son un mundo completamente aparte. Y sÃ, ya he hablado de las indirectas, pero a veces yo misma me sorprendo describiendo indirectas tan sutiles y sofisticadas, que sinceramente, me avergüenzo de mi osadÃa.
Y en resumidas cuentas, hoy me he dado cuenta de que estoy cansada mentalmente, fÃsicamente y todos los mente *como la mente* posibles. Me he dado cuenta de que debo ser valiente, o que los demás deberán serlo por mÃ. Me he dado cuenta de que mi vida tiene pequeños matices "tocanarices" y me he dado cuenta de que, si alguien también está cansado mentalmente, la vÃa más rápida es la de solucionar los conflictos.
Porque a veces, aunque parezca que cada uno debe solucionarlo todo, los pequeños matices *aquellos imperceptibles y que no se tienen en cuenta* son los que descansan la mente.
1 huellitas