{Cuadrículas *recuerdos de Raist*}
"Con sus veinte años, que no aparentaba, Raistlin no lo pasaba nada bien.
No se le podía considerar alto, ni bajo, y lo que se dice de anchura, casi inexistente.
Era delgaducho como pocos, débil, con unos pulmones que no se explicaba como duraban, con esa tos imparable, y ese pelo gris...
No era muy comunicativo, con expresión seria y fría, voz áspera y susurrante y esos ojos azules que te miraba fijamente, hacían de él una persona con la que no se quería tratar.
Antes se podría considerar aceptable, sin esa tos y más, hablador, pero el accidente que casi le costó la vida lo cambió.
Ahora dependía mayormente de su hermano, Caramon, un fortachón que parecía un gigante y que era la única familia que lo acompañaba, porque su hermana era una guerrera y sus padres, cadáveres.
Había abandonad la casa en la que vivía, heredada de su padre y viajó por todo el mundo.
Pero cuando se le conocía era simpático, y también sarcástico, irónico, burlón y ambicioso, muy ambicioso.
Aunque era buen compañero y defendería a alguien muy querido hasta morir, poca gente gozaba de esa defensa, porque de vez en cuando, una envidia más o menos bueno.No se le podía considerar alto, ni bajo, y lo que se dice de anchura, casi inexistente.
Era delgaducho como pocos, débil, con unos pulmones que no se explicaba como duraban, con esa tos imparable, y ese pelo gris...
No era muy comunicativo, con expresión seria y fría, voz áspera y susurrante y esos ojos azules que te miraba fijamente, hacían de él una persona con la que no se quería tratar.
Antes se podría considerar aceptable, sin esa tos y más, hablador, pero el accidente que casi le costó la vida lo cambió.
Ahora dependía mayormente de su hermano, Caramon, un fortachón que parecía un gigante y que era la única familia que lo acompañaba, porque su hermana era una guerrera y sus padres, cadáveres.
Había abandonad la casa en la que vivía, heredada de su padre y viajó por todo el mundo.
Pero cuando se le conocía era simpático, y también sarcástico, irónico, burlón y ambicioso, muy ambicioso.
En fin, un tipo raro ese Raistlin."
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Transcipción exacta de algo realmente curioso. Siempre he tenido predilección por Raistlin, un persona del mundo de la Dragonlance, muy semejante a mí y por ello creo que me identificaba bastante con él durante la obra. Este texto *por llamarlo de alguna manera* forma parte de una unidad didáctica escolar.
Estando en 1º E.S.O. yo muy feliz y contenta, en un instituto nuevo, dando cosas nuevas y promoviendo mi cabeza de cara a mi futuro académico, en clase de Lenguaje comenzamos a dar el tema de "La Descripción", más o menos por el año 2004/05. Y es cuando el ejercicio para hacer en clase era una descripción de lugar y de persona.
Pues bueno, ahí está mi descripción de persona, en este caso de Raistlin, un poco triste, ¿no? Quise rescatarla porque, a pesar de ser un texto muy viejo y tocar la hoja donde está escrito como si fuera de oro, con ese sonido característico de un papel que coge polvo y se dobla en un rincón, crujiendo con cada roce; es mi texto favorito. Posiblemente esté muy lleno de errores, de faltas gramaticales, de frases sinsentido *juro que, aun habiéndolo escrito yo, no entiendo las frases finales*; pero eso es lo bueno, que en su momento me pareció una descripción fantástica, extensa y llena de palabras complicadas, suponiéndome un gran esfuerzo y una continuada satisfacción.
Ahora asimilo con gracia que la extensión se debía a mi letra que, por aquel entonces, era ilegalmente grande *vistose letras más grandes sólo al 500% de zoom*. También que las palabras complicadas se habrán ido junto con el color de la página y que, mirándolo ahora, lo único que impide mi más absoluta humillación es el saber a qué edad lo escribí y lo feliz que me sentí por ello.
Y ahora, haré lo que no se debe hacer nunca, profanar textos "sagrados". Desde que reordené mis hojas cajoneras *sí, OJO, cajoneras*, me entró en la cabecita el reescribir el texto. Puede ser bueno, puede ser malo, pero...renovarse o morir.
"Con sus veinte años, que no aparentaba, Raistlin no pasaba por su mejor momento.
Su persona era tan misteriosa como las condiciones de su estado. Aunque muchos podían confirmar que durante toda su vida nunca gozó de una salud envidiable, también coincidían en que podía sobrevivir gracias al apoyo incondicional de su hermano, el cual parecía tener toda la fortaleza física que le había sido negada a Raistlin; y también gracias a una ambición desbordante, que se basaba en las ganas de conocimiento y de adquirir un rango superior a los demás para superar sus dificultades. Sin embargo, también sería esa ambición la que le quemara por dentro.
Tras pasar aquella prueba infernal de magia, fue cuando su salud pasó a un estado fébril, con una tos provocada por unos nuevos pulmones totalmente desgarrados, una mirada que sólo contemplaba desgracias; y una personalidad agria y sarcástica siempre dispuesta a alejar a las personas de su lado.
Sólo con su hermano y aquellos que, más por apoyo hacia éste que hacia Raistlin, era con los que verdaderamente podía contar. Debido a su estado y a los tormentos y abusos que soportó en la infancia, se identificaba con los pobres y desamparados, a los que ayudaba sin dudar y con incuestionabilidad admirable.
Aun así, nadie olvidaba jamás su mirada cargada de desprecio, viendo a todos morir, y su risa cortante y en discordia con su siempre susurrante voz, risa que nunca presagiaba nada bueno..."
Estando en 1º E.S.O. yo muy feliz y contenta, en un instituto nuevo, dando cosas nuevas y promoviendo mi cabeza de cara a mi futuro académico, en clase de Lenguaje comenzamos a dar el tema de "La Descripción", más o menos por el año 2004/05. Y es cuando el ejercicio para hacer en clase era una descripción de lugar y de persona.
Pues bueno, ahí está mi descripción de persona, en este caso de Raistlin, un poco triste, ¿no? Quise rescatarla porque, a pesar de ser un texto muy viejo y tocar la hoja donde está escrito como si fuera de oro, con ese sonido característico de un papel que coge polvo y se dobla en un rincón, crujiendo con cada roce; es mi texto favorito. Posiblemente esté muy lleno de errores, de faltas gramaticales, de frases sinsentido *juro que, aun habiéndolo escrito yo, no entiendo las frases finales*; pero eso es lo bueno, que en su momento me pareció una descripción fantástica, extensa y llena de palabras complicadas, suponiéndome un gran esfuerzo y una continuada satisfacción.
Ahora asimilo con gracia que la extensión se debía a mi letra que, por aquel entonces, era ilegalmente grande *vistose letras más grandes sólo al 500% de zoom*. También que las palabras complicadas se habrán ido junto con el color de la página y que, mirándolo ahora, lo único que impide mi más absoluta humillación es el saber a qué edad lo escribí y lo feliz que me sentí por ello.
Y ahora, haré lo que no se debe hacer nunca, profanar textos "sagrados". Desde que reordené mis hojas cajoneras *sí, OJO, cajoneras*, me entró en la cabecita el reescribir el texto. Puede ser bueno, puede ser malo, pero...renovarse o morir.
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"Con sus veinte años, que no aparentaba, Raistlin no pasaba por su mejor momento.
Su persona era tan misteriosa como las condiciones de su estado. Aunque muchos podían confirmar que durante toda su vida nunca gozó de una salud envidiable, también coincidían en que podía sobrevivir gracias al apoyo incondicional de su hermano, el cual parecía tener toda la fortaleza física que le había sido negada a Raistlin; y también gracias a una ambición desbordante, que se basaba en las ganas de conocimiento y de adquirir un rango superior a los demás para superar sus dificultades. Sin embargo, también sería esa ambición la que le quemara por dentro.
Tras pasar aquella prueba infernal de magia, fue cuando su salud pasó a un estado fébril, con una tos provocada por unos nuevos pulmones totalmente desgarrados, una mirada que sólo contemplaba desgracias; y una personalidad agria y sarcástica siempre dispuesta a alejar a las personas de su lado.
Sólo con su hermano y aquellos que, más por apoyo hacia éste que hacia Raistlin, era con los que verdaderamente podía contar. Debido a su estado y a los tormentos y abusos que soportó en la infancia, se identificaba con los pobres y desamparados, a los que ayudaba sin dudar y con incuestionabilidad admirable.
Aun así, nadie olvidaba jamás su mirada cargada de desprecio, viendo a todos morir, y su risa cortante y en discordia con su siempre susurrante voz, risa que nunca presagiaba nada bueno..."
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