{Dos palabras}
Tengo dos palabras preparadas para ti. Palabras que probablemente ya te haya dicho, pero a las que nunca le he dedicado el tiempo suficiente.
Hoy me he sentido acorralada, me ha desgarrado la sensación de saber que la sociedad, la vida cotidiana y los quehaceres de mi ocupación me impiden centrarme en esa parte de mi mente que se perdÃa por las historias macabras y las escenas inventadas. Me gustaba saber que podÃamos imaginar parajes, que podÃamos pensar en un mundo equivalente que nos unificara en un mismo lugar, crear nuestro búnker particular donde sólo nuestras miradas y la música conformaran la inmensidad del aire que nos rodeaba. Y hace mucho que no pienso en nuestras canciones, en nuestros encuentros inventados, en tus pensamientos en letra alta (no sé si en voz), en tus acciones escritas.
Me siento como alguien que lleva demasiado tiempo viviendo en una ciudad: harta del aire nocivo, de la opresión de miles de habitantes que te rodean en un abrazo abrasivo, en la soledad intermitente y en los medios intermitentes de una posibilidad. Y hoy, aunque simplemente sea en estos minutos en los que soy sabedora de que no te tengo cerca, en que muchas veces no lo quiero, y en que en los momentos en los que eso se produce te quiero alejar; hoy sà quiero dedicarte enteramente esas dos palabras. Sin postdatas, sin despedidas, sin sentido. Simplemente dos palabras, que espero que ya sepas.
Hoy me he sentido acorralada, me ha desgarrado la sensación de saber que la sociedad, la vida cotidiana y los quehaceres de mi ocupación me impiden centrarme en esa parte de mi mente que se perdÃa por las historias macabras y las escenas inventadas. Me gustaba saber que podÃamos imaginar parajes, que podÃamos pensar en un mundo equivalente que nos unificara en un mismo lugar, crear nuestro búnker particular donde sólo nuestras miradas y la música conformaran la inmensidad del aire que nos rodeaba. Y hace mucho que no pienso en nuestras canciones, en nuestros encuentros inventados, en tus pensamientos en letra alta (no sé si en voz), en tus acciones escritas.
Me siento como alguien que lleva demasiado tiempo viviendo en una ciudad: harta del aire nocivo, de la opresión de miles de habitantes que te rodean en un abrazo abrasivo, en la soledad intermitente y en los medios intermitentes de una posibilidad. Y hoy, aunque simplemente sea en estos minutos en los que soy sabedora de que no te tengo cerca, en que muchas veces no lo quiero, y en que en los momentos en los que eso se produce te quiero alejar; hoy sà quiero dedicarte enteramente esas dos palabras. Sin postdatas, sin despedidas, sin sentido. Simplemente dos palabras, que espero que ya sepas.
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