{El último grito *Luke está descansando*}
Teniendo en cuenta que a los grillos hay que dejarlos descansar los días de vacaciones, y que a Luke ya lo empleé para una entrada también de "Tuailait" *deberé hacer una etiqueta de todas las veces que hablo de ello*; he decidido emplear a Ruby, la nota de humor en la película "El Quinto Elemento" de la que siempre recordaré a la Diva Plavalaguna que despertó en mí el sueño adolescente de: "¡quiero ser cantante!"...pero de Ópera, que conste.
Fue el grito desgarrador y exagerado de Ruby el que proferí hoy ante la indiferencia materna que ya no se preocupa de mis deliveraciones, tras ver unas fotos harto traumáticas; y como son traumáticas sólo dejo una.
¡Pattinson nos persigue! Si adoradas anti-crepusculianas...si no nos bastaba haber encontrado clones de Robert por las calles *bueno, más bien de Edward*, ahora acude a nosotras en forma de almohada. ¡ALMOHADA! ¿Dónde viose tal despropósito? Me temblaban las piernas tras ver las fotos de esta, problablemente, esquizofrénica chinita *japonesa, koreana, tailandesa, indonesia, vietnamita...* abrazada a su nueva almohada.
Podría deciros el precio, pero antes quiero que os quedéis con la descripción que dan en la página web donde se pueden comprar, tras una dolorosa traducción:
"Para todas las mujeres amantes de Crepúsculo solas en el mundo, Edward Cullen por fin está aquí para estar contigo y sólo contigo. Dormir con él, abrazarlo, descansar tu cuello en él, la Almohada Edward está ahí para ser tu hombre y almohada, todo en uno.
Hecho de jersey de algodón suave, la cara retratada, relleno de poliéster y amor."
Lo mejor de todo: vale 35 dólares y ya está agotado. Da grima, ¿no? Una cosa es que unas cuantas mujeres le cojamos más cariño del necesario a nuestra almohada, que comparte nuestros sueños e intimidades. Otra, que en vez de cogerle cariño a la almohada queramos coger con la almohada, directamente.
Que alguien me pellizque...
Por cierto *a partir de ahora abandonaremos el P.D por el P.C* ayer empecé una historia, técnicamente la empecé porque había escrito sobre ella por la mitad, y no por el comienzo, sobre vampiros. El prólogo es terriblemente cruel con respecto a esta Saga Crepusculiar, sólo señalo unos elementos: un vampiro de malhumor, un libro deshojado y unas fans al borde del desborde.
Fue el grito desgarrador y exagerado de Ruby el que proferí hoy ante la indiferencia materna que ya no se preocupa de mis deliveraciones, tras ver unas fotos harto traumáticas; y como son traumáticas sólo dejo una.
¡Pattinson nos persigue! Si adoradas anti-crepusculianas...si no nos bastaba haber encontrado clones de Robert por las calles *bueno, más bien de Edward*, ahora acude a nosotras en forma de almohada. ¡ALMOHADA! ¿Dónde viose tal despropósito? Me temblaban las piernas tras ver las fotos de esta, problablemente, esquizofrénica chinita *japonesa, koreana, tailandesa, indonesia, vietnamita...* abrazada a su nueva almohada.
Podría deciros el precio, pero antes quiero que os quedéis con la descripción que dan en la página web donde se pueden comprar, tras una dolorosa traducción:
"Para todas las mujeres amantes de Crepúsculo solas en el mundo, Edward Cullen por fin está aquí para estar contigo y sólo contigo. Dormir con él, abrazarlo, descansar tu cuello en él, la Almohada Edward está ahí para ser tu hombre y almohada, todo en uno.
Hecho de jersey de algodón suave, la cara retratada, relleno de poliéster y amor."
Lo mejor de todo: vale 35 dólares y ya está agotado. Da grima, ¿no? Una cosa es que unas cuantas mujeres le cojamos más cariño del necesario a nuestra almohada, que comparte nuestros sueños e intimidades. Otra, que en vez de cogerle cariño a la almohada queramos coger con la almohada, directamente.
Que alguien me pellizque...
Por cierto *a partir de ahora abandonaremos el P.D por el P.C* ayer empecé una historia, técnicamente la empecé porque había escrito sobre ella por la mitad, y no por el comienzo, sobre vampiros. El prólogo es terriblemente cruel con respecto a esta Saga Crepusculiar, sólo señalo unos elementos: un vampiro de malhumor, un libro deshojado y unas fans al borde del desborde.
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