
{Y nos llegaron los momentos de irreparable melancolía...}
El día tiene 24 horas.
No es nada nuevo, ni un hecho crucial, ni una revelación, ni una duda siquiera.... Simplemente, es el centro del universo céntrico de este comentario.
Hoy me quise redimir, escribiendo algo en este sitio que es lo único que me queda. Los exámenes atrofian mi cerebro que ha huido toda su vida de repeticiones, sandeces, reverberaciones y dicciones insolentes. Sólo me queda en la cabeza las imágenes de una libreta escrita con variedades diastráticas; normas ortográficas, fonéticas, sintácticas y morfológicas; el hecho de que la lengua sea un conjunto de signos de una comunidad lingüística y que el nivel vulgar carezca de un sistema rico de comunicación.
Mañana, seguramente, al hablar con alguien, vendrían a mí sistemas de tangentes, logaritmos incomprensibles y sistemas de tres incógnitas propuestos a ser representados en una gráfica de la que hay que escoger plano.
Pero sinceramente, no creo que fuera el propósito de esta chica adverbial que soy yo (gracias a nuestro querido Ramón *Oh, capitán, mi capitán* que nos aportó el don del añadir –mente), el hablar de las asignaturas que tengo que estudiar, mas como dije en las primeras líneas, el tiempo es lo que cuenta.
La mayoría del tiempo lo gastamos en cosas banales, en nuestras necesidades humanas de abastecernos de alimentos para no caer muertos, en nuestros quehaceres tipo trabajo, escuela, actividades…Pero no me equivoco al pensar, que nadie pierde un mínimo de tiempo en pensar lo rápido que se va el tiempo.
Y es que estructurarse la vida para no perder ni un minuto de ella en minucias es complicado. Quieras o no, surgirá aburrimiento al saber que tienes que hacer una cosa, otra, otra… y así de manera explícita hasta que desfallezcas de falta de emoción.
Para quien no se haya dado cuenta, esto es una completa contradicción. Pero aquí, en Gominola World, el tiempo carece de sentido. Porque ahora mismo estoy escribiendo, lo que requiere un tiempo de mi vida real, pero por otro lado, en esta web no pasa nada…todo sigue igual hasta que añada algo nuevo. O hasta que mi Darling, después de ser coaccionada y amenazada de muerte y de prohibición para leer a Rebak, se haga una cuenta para escribir en mi blog y en el de Ivonne, que los comentarios siempre son de agradecer.
Yo, como carezco de amistades, sé que no recibiré multitud de comentarios. Pero gracias a todo he desarrollado el don de la alabanza y escribo por amor al arte, simple y llanamente. Escribo porque es una forma de poner en orden mis ideas, de entender todo.
Escribo los temas de los exámenes que tengo, escribo las historias que rondan mi cabeza, escribo mis pensamientos más austeros, escribo de los taimados asesinos como Knoll, Rebak…escribo sobre el mundo y la vida.
No, no me he desviado del tema. Sigo hablando del tiempo. Escribiendo me evito pensamientos fortuitos y organizo mi mente, que también lo necesita. Eso sí, hablo de lo externo, de lo irreal y fantasioso. Escribir sobre uno mismo es más complicado.
Pienso que, el día que todos seamos capaces de escribir sobre nosotros, todo irá mejor.
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