Untitled
"Miró al cielo con hastío, recordando los momentos de su vida anterior.Las nubes del cielo gris tapaban el Sol del mediodía. Otro día nublado en Berlín, como casi todos.
Hacía días que el tiempo acompañaba a su estado de ánimo. Siempre había vivido en Frankfurt y estaba acostumbrada a un clima más campestre, en su pequeño pueblo de las afueras, rodeada de verde. Ahora estaba en Berlín, en uno de los muchos edificios que coronaban la ciudad, esperando...
¿El qué?
Había acudido a una cita irreal. Una llamada de alguien que no existía, esperando encontrar algo mejor en sus brazos que cerca del agobiante humo de la vida junto a su madre, una vida llena de violencia y desgracia. Buscaba otra cosa, buscaba incluso el dolor, pero un dolor diferente del que tanto tiempo la había herido.
Acudía a Berlín a la cita de la muerte, a ver a un ángel caído que podía no aparecer. A una vida incierta y llena de peligros, tentación e inseguridad. Pero todo era mejor...
La hora había pasado hace tiempo, por eso ella miraba al cielo. No esperaba encontrar nada allí, evidentemente. Pero mirar el cielo últimamente la reconfortaba. Perdía el tiempo intentando hacer figuras con las nubes, dejando su mundo y volar por la imaginación de historias en el cielo con personajes surrealistas.
Llegó tarde, pero en ese momento no lo pensó.
La rodeó con sus brazos por detrás y la atrajo hacia sí con dulzura, hundiendo la cara entre el pelo y su cuello, inspirando del amargo olor del placer que él no quería tener.
Ella cerró los ojos, dejando la imaginación para volver a una realidad mucho más soñadora e inconsciente.
No recordaba ahora el día que el vampiro apareció en una de esas tantas fiestas de Frankfurt. Tampoco el día que todo cambió para ella. Pero siempre le gustaba recordar como ese vampiro sufría estando cerca de ella, no sabía si la quería, pero tampoco matarla era su deseo.
Las manos de él rodearon su cadera por dentro de la camisa, acariciando su cuerpo como una reliquia. Le regalaba cientos de besos a su cuello y después de un pequeño mordisco le susurró al oido:
- Te echaba de menos."
Gominolas World
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